martes, 6 de enero de 2015

De lo que le conté a mi psiquiatra y otras cosas.

Resumen del sábado 8 de noviembre del 2014.
*Basado en los pocos recuerdos que tengo de la fecha y en recopilación.
Recuerdo que estaba de tarde, todavía había claridad, quizá eran las 4 ó 5, de repente todo fue llanto, comencé a llorar de manera alterada, de forma muy desconsolada y nerviosa, giraba en mi cama por el dolor que me producía aquel llanto.
Subió mi hermano menor a verme, me preguntó si estaba bien, le pedí que se fuera.
Continué llorando.
Bajé y busqué en la alacena pastillas, era clonazepam, me tome una tira completa, quizá más, quizá menos.
Tenía intenciones de dormir para siempre.
*me duele la cabeza mientras intento recordar*
Sólo sé que era de noche, entablé una videollamada con un amigo en zacatecas, todavía estaba consciente, le lloraba por algo.
Fin de la videollamada...
Recuerdo que luego entablé videollamada con mi novio.
En lo que él recuerda:
hacía caras que no eran normales, mis ojos se ponían en blanco, me notaba triste.
Luego lloraba, luego decía cosas que no tenían sentido.
No era yo misma, según él.

De ahí recuerdo que había gritos, alguien exigía mi muerte.
Luego alguien me llevó a urgencias, recuerdo un doctor haciéndome preguntas, unas enfermeras hablando.
Me tomaron la presión.
De ahí recuerdo a alguien ofreciéndome helado, me recuerdo a mí misma comiendo un chocolate.
Regresé a la videollamada con mi novio.
No decía nada, sólo escribía incoherencias.
He revisado el historial, nada de lo que decía tenía el menor de los sentidos.
Esribía con faltas de ortografía, eso no es normal en mi.
Finalmente me recuerdo dormida.

9 de Noviembre de 2014.
Al día siguiente desperté temprano, me vestí, fui al supermercado.
No sabía realmente hacia dónde ir, o cómo cruzar una calle.
Estuve a punto de caerme al piso.
Logré adquirir el producto que buscaba. Era un zombie.
Regresé a mi casa, me acosté en la cama mirando el techo.
Estuve así unas 2 horas.
Llegó mi novio, me cambié de ropa, no recuerdo por qué, se supone que ya me había arreglado.
Según él, me notó "drogada", me costaba trabajo responder.
Reía por cualquier cosa.
No comprendía bien las cosas a la primera.
Con el pasar de las horas fui haciéndome yo misma de nuevo.

16 de Noviembre de 2014.
Me notó inestable, generalmente me encuentro irritada y paso de la alegría a la tristeza.
Siento deseos de automutilarme, sin embargo no encuentro nada con que hacerlo.
Pienso en ingerir alcohol, pero como no consigo autorización, como 1 litro de helado.
Me auto induzco el vómito.
Estado de apatía la mayor parte del día.
Sólo me interesa estar encerrada, hay visitas en casa, llegan niños, eso me pone de mal humor.
Decido encerrarme en mi cuarto durante horas.
Bajo a comer, recibo críticas malas, quiero romper en llanto, me atraganto de comida.
Subo de nuevo a encerrarme en mi cuarto.
Permanezco ahí todo lo que resta de la tarde hasta la noche.

En general, me noto extraña, a veces siento que algo se quiere apoderar de mi cuerpo, pero no lo dejo.
Tuve contacto con iván, una de las personas que me molesta, el día 2 de noviembre, fue cosa del otro mundo, una pequeña discusión porque iba a salir con mi novio y no quería dejarme ir.
Puedo estar bien, pero si alguien me llama cuando estoy concentrada en otra cosa, me irrito con facilidad.
Ante la menor de las provocaciones me vuelvo brusca, y estoy huraña.
También hay días en los que estoy demasiado alegre, pero por las tarde, tengo mucha ansiedad, mucho miedo.
Hay días en los que no quisiera levantarme, sólo quiero desaparecer, sigo teniendo envidia de las personas que tienen enfermedades terminales, ellos pueden morir, yo no.
Y aunque quiero estar muerta, también quiero estar viva, ahora quiero tener una familia, quiero seguir estable con la persona que estoy ahora, ella sabe que no estoy tan bien como quisiera.
Mi familia no entiende que no me interesa bañarme, o arreglarme. Insisten mucho en que yo tenga un aspecto más femenino, más limpio. A mi en realidad no me interesa ninguna de esas dos cosas, sólo quiero bañarme hasta que yo considere que tengo ganas de hacerlo, no cuando ellos digan. Lo hago por convención social.
Me desespera no tener un objeto con el cuál pueda auto mutilarme. Eso me da mucha ansiedad, busco lastimarme de otras formas. Lucho por evitarlo, la persona que me ama, sufre si me hago daño.
Disfruto menos de la música, puedo escucharla un rato, a los quince o veinte minutos, la quito.
Me ofusca escuchar música. No la tolero. Invade mi mente. Lo detesto.
Siento impulso por gastar cantidades de dinero, tuve una cantidad considerable en mis manos y por simples ganas, decidí deshacerme de él, el arrepentimiento llega muy pronto. Sensación de culpabilidad.

23 de noviembre de 2014.
Molestia, mucha molestia, en grandes cantidades. Irritada, estoy irritada.
No tengo deseos de ver a nadie, no quiero que nadie me hable, me contengo de gritarle a todo el mundo.
Sola, sólo quiero estar sola; pero con esta gente ruidosa es imposible.
"familia" no quiero ser parte de esto, no me agrada la idea de llamarle a esto hogar.
BTW, iré a encerrarme en mi cuarto, es domingo, es día de no salir de mi cueva.
Siento tanto malestar e irritación en el cuerpo que podría ahogarme en eso.
Mataría al que sea.

He estado sintiendo estos últimos días, que soy observada, esa sensación aumentó más de lo normal.
que soy perseguida por algo que me quiere muerta, incluso dentro de mi casa es donde más en peligro estoy.
Tengo constante necesidad de gritar como loca, pero no lo hago, sólo en mi mente sucede.
Mi mente es el mayor resguardo que tengo, ahí nadie entra y nadie puede saber que es lo que pasa.
Es mi lugar seguro.
No dejan de molestarme, me irritan con sus voces. Extraño, nublado, soleado.
Que duro es sentir ganas de morir y no poder hacerlo, tener el impulso de querer cortarte algo y no poder hacerlo.
Morir, morir, morir; sólo quiero morir. No existir, no escuchar más ruidos.
Desearía poder llorar, pero no puedo. Es como si estuviera seca. Incluso mi propio dolor me es indiferente.

Domingo 23 de noviembre/madrugada del 24 de noviembre.
No, no tuve una ruptura amorosa, no fue nada de eso. Estaba haciendo un maratón de películas y luego comenzó todo...
Iván estaba ahí, detrás del librero, observándome, no me quitaba la mirada de encima, y luego comenzó a hablar.
Decía que mis problemas eran porque soy demasiado tonta, demasiado estúpida, demasiado fea y demasiado gorda para que alguien me pudiera querer tal como soy.
Y luego trajo a las demás, llegó ella a reírse de mí... no tiene nombre pero estaba ahí, recordándome lo obesa que soy, lo fea que me veo.
Y él comenzó su ataque. "Me va a matar" era lo único que podía pensar en ese momento, había sacado sus armas para lastimarme; "Hazlo" me decía, "se que quieres" y lo deseaba, quería hacerlo, tenía que hacerlo... pero yo era más fuerte que él, no tenía porque hacerme daño, y él insistía, y si no lo hacía, me iba a matar... y su tipo de muerte es lenta, es dolorosa... es sólo vacío emocional, es una muerte de dolor, algo que me atraviesa el pecho, es como morirte en vida, como el beso del dementor... elimina tu felicidad.

Al día siguiente seguía llorando, estaba mal, tenía miedo pero sobre todo estaba hueca, me había quedado sin nada.
Sólo queria sentir el peor dolor del mundo, y al contrario, estaría agradecida de haberlo sentido, era mejor que lo que estaba sintiendo en ese momento, que la nada que pasaba por mi mente, era mil veces mejor que me rompieran las piernas, y tuve que hacerlo. Seis veces para mi brazo izquierdo, 14 veces para mi pierna derecha, no había más.
No existía el dolor, sólo había paz en mi alma, sangre brotando sin parar, todo era tranquilidad, porque muy en el fondo sabía que todo a partir de ese momento estaría mejor, que nada atormentaría mi alma, más que el dolor de las heridas.

Después de eso, he ido reconstruyendo los pedazos que iván dejó de mí, tratando de pegar con cinta lo que por tanto y tanto tiempo he pegado. Tengo momentos de alegría vacía, tengo temblores seguidos en el cuerpo, momentos en los que me voy, en los que me hundo en la nada que soy, porque parezco un bichito que quiere crecer, siento como es que cada día me van cortando las alas, como es que me desangro y me voy pudriendo sola. Por qué a pesar de los momentos de felicidad y alegría que tengo, no me basta para poder salir del agujero en el que caí, ir por la vida sin saber que clase de persona soy, mirarme al espejo todos los días y preguntarme si lo que veo es real.

Tengo momentos llenos de ira, en los que quiero descargar todo encima de mí, en los que sólo quiero ahogarme, o en los que podría destruir cualquier cosa que se encuentre a mi paso, y acabar con lo que siento. Pero no puedo, no soy lo suficientemente valiente como para hacerlo. No se puede, me guardo la ira.

Y es que cortarme no es algo que haga simplemente porque sienta dolor, si no porque hay momentos en los que no puedo contener lo que siento en los que hay una presión tan grande que cuando sale la sangre sale todo. O no porque quiera que salga algo, si no porque siento que a mi mismo cuerpo ya le hace falta, y es en esas veces que no siento el más mínimo de los dolores, en los que sólo me entretiene ver la sangre.

Nada tiene sentido.

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