sábado, 23 de mayo de 2015

La segunda del mes

16/mayo/2015

Mírate tú y te lo digo en serio, busca un espejo y dime qué es lo que miras, lo que hay, lo que habita ese cuerpo.

Me miro yo y veo el retrato de la locura, de la enfermedad, no porque mi cuerpo esté mal, sino de aquella mente consumida en recuerdos, me miro y veo insomnios, veo llanto, veo pasión.

Pero anda, ve y busca un espejo. Quiero que te mires ahí hasta que te veas con mis ojos, hasta que seas capaz de sentir que no estás delante de un espejo... sino de mi, hasta que te ahogues de tanto sentir amor, hasta que ames cada parte de ti, hasta que te sientas perdido de tanto mirarte.

Anda hazlo, te digo. Voy a estar esperando una respuesta tuya de éste ejercicio tan anormal, quiero saber si eres capaz de ver en ti mismo las tantas cosas que de ti amo locamente.

Hoy querido te odio poquito, te odio tanto como el corazón y la vida misma me lo permiten. Te amo... pero es que te odio, y cuando digo odiar, guardo rencor y me temo que esto último que me has hecho, no seré capaz de perdonarlo. A lo mejor con suerte algún día, si te liberas de ese orgullo pendejo que te cargas, puedes pedir perdón y tal vez, sólo tal vez, con un poco de suerte yo te perdone.

Porque odio y te odio con todas mi fuerzas, aunque yo sé que la suma de todas las fuerzas es igual a cero ¡déjame odiarte así! porque es la primera vez que lo digo y no sé si sea odio o sea una maldita desilusión.

Hoy no te escribo de madrugada, son apenas las 2:00 am, estoy en mi horario natural, en mis horas de estar despierta. Buscando poesía que me recuerde a ti, poesía que leerte un día, aunque sea por videollamada (si es que volvemos a tener una), poesía para llorarte, para quererte, para tenerte.

Yo no puedo hacerte poesía, no es lo mío, no se me da, aún no se de palabras. Conozco la prosa, pues de tanta carta la he aprendido a usar muy bien, sin embargo no tengo ni la menor idea de cómo hacer verso lírico.

De igual forma yo sé que el día menos pensado, serás mi poesía y te escribiré en todos lados para que todos sepan de ti. Porque no hay nada que me diera más gusto que poder contarles de ti y de lo mucho que te quiero, de lo enternecidamente loca que me pones. Pero ¿Qué puedo yo decir de ti?, ni siquiera se que soy o qué eres, ¡qué gusto sería poder decir de ti: Mi querido! y puedo hacerlo, nada me detiene; pero no iré a contarle al mundo una historia de amor de un solo lado.

Sí, he de hablarlo así como ahora. Que sepan pues que siendo nada eres todo. Que has sabido volver loca a la reprimida, que me has puesto lunática. Que sepan la verdad: que lo que parece el mejor de los cuentos de amor... ¡es nada!.

Yo soy nada, tú eres todo y somos nada. ¡Que lo sepan!, que sepan mi desdichada suerte,que cada día amanezco con ganas de verte y que nunca te podré tener.
¡Maldita mi suerte! es una hija de la fregada.

Perdona por ese arrebato de emociones, ya sé que no te gustan pero son mis cartas y aquí escribo lo que se me venga en gana. Si no te gusta lo que pongo, eres libre de saltarte ese pedazo, arriesgándote a no comprender lo demás después.

Ahora procedo a decirte una nimiedad, me voy a comprar un cuaderno muy bonito, de esos caros para hacer una especie de diario, para ir escribiendo más a menudo, para aprender a narrarte, a dibujarte a palabras.
También me sirve para ya no tener que buscar hojas como una loca en medio de la noche.

Te prometo que te dejaré leer a ti y sólo a ti lo que escriba yo ahí (siempre y cuándo me lo regreses) te he permitido ver mi mundo y mi esencia a través de las letras de éstas cartas que poco a poco se abren más.

Te voy a dejar que me conozcas y si vas a juzgarme es algo que sólo quedará en ti y en nadie más. Por otro lado me gustaría tener respuesta a esta misiva, saber si te has mirado en el espejo y que me cuentes lo que has visto; aún sigo intentando descifrar quién eres, aún miro tu foto y me pregunto: ¿por qué tu?, así que espero saber si has hecho esto, saber todo lo que sea que has pensado o logrado sentir. Incluso si te llegaste a perder de verdad, espero respuesta porque nunca la he tenido y me gustaría ver tu letra que debe ser mucho mejor que la mía.

Espero recibir respuesta tuya porque espero alegrarme el corazón.

¿Crees que algún día sea como Sabines?
¿Te gustaría que en un futuro hubiese gente leyendo esto que te escribo?, que un día cuando yo sea anciana (si es que llego a serlo) antes de morir, entregue todas las cartas que te haya escrito, para que el mundo sepa cuánto te quiero (o te quise) o quizás seas tú quién para hacerle honor a mi memoria y a esto que espero dure toda una vida, decidas compartirlo con el mundo. 
¡Qué bello! animar a los demás a escribirse cartas, a entregarse a la tinta y al papel. Sea como sea, las cartas que vayan a ser, espero y un día puedas compartirlas, que todos sepan de ti, de panchito, de lo loca que me puse.

No sé si algún día seré capaz de hacer poesía como la hacía Sabines, pero te puedo decir que aprenderé a hacerte poesía a mi modo, nunca seré él, pero siempre seré tu María.

Iba a reclamarte cosas, pero mejor lo dejo para después, no quiero matar esto con reclamos crueles y despiadados.

Me voy, a otro insomnio de ti.

Tuya siempre.
María.

PS: Es la segunda carta en el mes, y viene la mejor del año.



viernes, 22 de mayo de 2015

Carta a mi hija (todavía no nacida, pero si planeada)

Hola hija.
Me gustaría que leyeras esto en algún momento de tu vida. Actualmente tengo 20 años y estudio la universidad dónde la vida parece ser buena a pesar de todo el estrés que puedo tener, de las tareas, de los desvelos y todo lo que conlleva tener un título de grado. Lo disfruto porque he llegado hasta aquí casi a rastras y no por ser floja para estudiar (no creo que lo seas tú, ya que yo no lo soy y no lo fui) si no porque me he topado con varios obstáculos y piedras que por poco y me hacen pensar que no voy a poder llegar al siguiente escalón. Te animo a que me preguntes por mis años de preparatoria, más que los de secundaria, los de prepa son los que me marcaron fuertemente y me dejaron amistades de las que no me he podido separar hasta el sol de hoy. Y si no ahí tienes a tu tía Nancy, a tu tía Ximena, Karla y Mónica para que te cuenten todas las cosas que pasamos juntas mientras estudiábamos.

Tengo 20 años y te he planeado desde que tengo 15, aunque en ese momento no se me ocurría el nombre que pudieras tener, espero que con un poco de suerte te llames Unia (el significado de tu nombre ya lo has de conocer bien, pero lo pongo aquí por si no te llegas a llamar así: Es la palabra finlandesa para "Sueño"), no sé si vas a tener otro nombre que a mi me gustaría que fuera Daenarys como el personaje de Juego de Tronos, pero le dejaré el segundo nombre a tu padre, así que si no te llamas Unia Daenarys es culpa de tu padre (quién muy probablemente me ha convencido de ponerte un nombre menos complicado) y es que por segundo nombre has tenido como opción "Adilene", suena bonito pero no, el hombre que había escogido ese nombre lamento decirte que no es tu padre, aunque creo que pudo haberlo sido. Incluso si tienes una hermana, puede que ese sea su nombre, me gusta bastante y suena muy bien.

Tengo 20 años y te lo repito porque quiero que sepas perfectamente que yo soy una persona casi como cualquier otra, en este preciso momento de mi vida estoy "sufriendo por amor", aunque no sé si se le pueda llamar sufrimiento porque no es sentir dolor, si no que es una situación bastante complicada con el hombre del que espero no separarme en lo que me queda de vida, y no sé si a él le llegues a llamar papá pero si es así juro que casi moriré de risa y felicidad al mismo tiempo. Soy como cualquier persona, tengo sentimientos, una vida con problemas, lloro, sonrío, caigo, me levanto y vuelvo a seguir adelante.

Espero que leas esto cuando tengas la edad suficiente para entenderlo y sobre todo para captar todo el amor que hay aquí, que aunque todavía no te tengo conmigo ya te amo, ya eres importante para mí. Porque eres mi hija y eres lo que más quiero en el mundo.
Aunque si tienes hermanos, no es que mis sentimientos se tengan que partir en dos o en tres, solamente se multiplica, se hace mucho más grande el amor que siento por ti, por tus hermanos y por tu padre.

Te haré una pregunta que quiero que respondas al final de todo esto: ¿Soy buena madre?, estoy segura de que haré y pondré mi mejor esfuerzo por educarte bien, por hacer que no te falte nada, pero sobre todo, te daré atención, cariño, protección y cuidados. Espero que tengamos una buena relación cuando seas adolescente (que es más o menos la edad en la que espero que estés leyendo esto) y sé que puedo cometer muchos errores, echando a perder NO SE APRENDE, y yo no voy a echarle a perder la vida a mi hija, a un ser maravilloso y lleno de luz que vino a este mundo a ser feliz.

Y es cierto, cariño, si cuándo lees esto de casualidad alguien te ha roto el corazón y lastimado o rechazado tus sentimientos, debes saber que me tomó nueve meses formarte entera como para que venga alguien y de la nada te rompa en pedacitos, no hija, reinita mía, así no se puede. Si algo he aprendido bien y a trancazos es que amores van y vienen (pero no me lo digas ahorita que éste con el que estoy batallando es el bueno, es el de mi vida).

No sé a qué me voy a dedicar cuando te tenga, si voy a trabajar o voy a ser madre de tiempo completo, son cosas que por el momento no puedo adivinar y que solamente sabrás en ese instante, pero trataré de combinar lo mejor de ambos mundos, a lo mejor y soy escritora cómo siempre quise, o soy maestra, o me dedico a alguna otra cosa relacionada con la informática. Sinceramente no lo sé y son cosas que solamente tú sabes y espero ser un ejemplo para ti.

Tampoco te obligaré a que estudies cierta carrera o decidiré yo sobre ti, porque la única que puede saber que es lo que quiere para su futuro eres tú misma. Y sea cual sea tu decisión, te apoyaré y haré lo posible por que puedas llegar tan lejos como te lo propongas.

Sé que me sentiré orgullosa de ti, que cometerás errores y que tendremos desencuentros y muchas, muchas diferencias pero es normal, yo tengo una visión de lo que siempre he deseado darte y aunque tal vez tú no comprendas muchas de mis acciones, de mis negativas y de las cosas que decida, creo que tienes que entender que son por tu bien.

Mi madre, tu abuela, siempre ha dicho que sólo entenderé hasta que tenga hijos y bueno espero y estoy segura de que en ese momento sabré y he de comprender las cosas a las que ella tanto se refiere.

Tal vez puedas pensar que soy la peor de las madres del mundo por ponerte a levantar el tiradero de tu recámara, o pedirte que me ayudes lavando los trastes y limpiando la casa, bueno pues es normal, a mi tampoco me gusta mucho hacerlo, yo pienso cosas terribles de mi madre cada vez que me piden que lo haga, y puede que se repita un poco la situación o puede que no tanto, pero si me ayudas con esas pequeñas tareas, me harás sentir mejor y creo que hasta te podré estar un poco agradecida.

Y digo eso sin saberlo, porque no hago quehacer en la casa y mira que ya tengo 20.

Cuando tropieces y caigas, ahí estaré yo a tu lado, para levantarte y curar tus heridas, para ponernos de pie nuevamente y seguir adelante, eso es algo que te puedo prometer, porque son cosas que me hubiera gustado que mi madre hiciera conmigo y que al no haberlas hecho, te aseguro que yo sí haré. Te lo prometo hija, no me iré de tu lado ni te haré falta cuando más sola te sientas. 

Cuando sientas que nadie en este mundo te ama, y que no eres importante para nadie, recuerda a la mujer que te ha dado la vida y lo mucho que para ella significas, para mí eres el mundo entero y yo te amo, eres importante, vales porque existes y estás aquí por un motivo muy importante.

Te amo precioso pedazo de mi ser.
Espero que te haya gustado leerme a la edad de 20 años.

Atentamente: Tu mamá.



martes, 12 de mayo de 2015

A los 40 días


He pensado en dejarte,
soltarte,
olvidarte,
arrancarte.

De la angustia,
del pánico,
voy del dolor y el llanto,
a lo que tristemente se forma,
en la comisura de mis labios.

Engendro ¿tú?,
maligna ¿yo?,
hoy te amo,
con todas las ganas de odiarte.

Mañana es hoy,
y si hoy es mañana,
entonces te odio,
con toda la fuerza de mi amor.

Soy un plato roto,
tengo el corazón quebrado,
mírame ¿a dónde me has llevado?,
¡arrástrate!, me dictas.

¿Quién eres?, 
¿quién soy?,
¿somos?,
¿existimos?.

Hemos sido fruto de lo prohibido,
floreciendo de una amistad,
que se ha marchitado con los años,
que se dio por sentado.

Me tienes,
cruel verdad reconocida universal,
afecto lleno de violencia,
que sólo al verte encuentra la paz.

¿Te tengo?, 
y se agita mi alma al pensar,
en que podría existir la vaga posibilidad,
de que te pueda yo tener.

No existes,
No habitas mi alma,
me corrompes cual grito en la mañana,
perturbando mis ansias locas de paz.

Te dejo,
me dejas,
te anhelo,
y te alejas.

General que conduces la guerra,
que ha perdido mi corazón,
hiciste caer mis murallas,
me dejaste sin defensa.

Me muero,
te muero,
nos morimos,
puro amor.


miércoles, 6 de mayo de 2015

Mujercita Patética


A la patética chica en la que me he convertido le digo:
Que viva, que ría y que sueñe, 
que anhele, que ame, que inhale.
De pie y de frente.

A la que un día es distante,
al siguiente cortante, 
la que es amante,
navegante de otros mares.

La que ya no sobrevive,
la que se levantó,
la que habiendo cavado su tumba,
nunca se enterró.

Esa mujerzuela que cuando ríe, se contagia,
que te guiña un ojo, para llevarse todo,
quiere dejarte sin nada,
y apenas la has mirado de reojo.

La peligrosa, 
asesina de palabras dulces,
de miradas tiernas, 
la que cubre con detalles, 
y odia sus piernas.

Esa empalagosa,
mujer cursi,
de médula ósea.

Efímera, insulsa y frustrada,
quiso ser vaga,
y terminó por estar encerrada.

La que hace de su mente una prisión,
la que lucha con demonios del corazón,
la que vence las distancias por amor.

¡Loca!
me dicen,
¡Rara!
me gritan.

La que va por ahí,
recibiendo insultos,
escupiendo verdades.

Esa a la que cuando ama,
le duele el alma,
los pies, y el corazón,
la que no conoce de razón.

Solitaria, ermitaña,
te siento indigna de amor,
bañada en pureza,
ahogada en castidad.

¿Quién te podría amar?

martes, 5 de mayo de 2015

Carta abierta a mi hermano menor.

Hola Esteban.
Hoy te escribo esto porque quiero darte las gracias y hacerte sentir un poco del cariño que te tengo.

Has estado a lado mío en estos años que se han puesto un poco complicados y bastante difíciles, te has dado cuenta de cuándo estoy mal, aún sin que yo diga apenas palabra alguna.

Gracias por ser el que me recuerda lo tonta, pésima, terrible y estúpida que soy para escoger a los tipos con los que salgo. En verdad, gracias por decirlo, porque tú tienes la razón.

Por no haber aceptado hasta ahora a ninguno de ellos, como hermano. Porque yo sé que solamente tú puedes ver lo asquerosos y horribles que son, lo patanes y poco que valen la pena como para estar conmigo.

No sé si los odies, pero si ya no te caen bien, te agradezco. Juro que la próxima vez que salga con alguien, te lo dejaré primero a ti para que me digas si vale o no la pena el sujeto.

Te quiero agradecer por estar a mi lado en esos oscuros días en los que perdía el sentido y el conocimiento de la realidad, en los que no sabía ni quién era yo. Esos días en los que simplemente había preferido haber muerto que seguir viva.

Por esas muy contadas veces en las que me has sacado y me has salvado de las dolorosas, feas, crueles, hirientes y horribles palabras que suelta la mujer que tenemos por “madre” (si es que le podemos llamar así) en serio, si yo no sintiera que en esos momentos te has puesto de mi lado, si no hubiera sentido que salías a defender a esta torpe sentimental que tienes por hermana, no sé qué sería de mí. Probablemente ya habría decidido acabar con mi vida (de nuevo).

También gracias por ponerte de mi lado las veces que alguien me ha querido agredir, y tú sabes a qué ocasión en específico me refiero. Por haber sido el único hombro en el que me pude recargar en esa ocasión en la que tenía tanto y tanto miedo de salir lastimada.

Me conoces muy bien, mis secretos sucios, las cosas que hago y que no le digo a nadie más, tú no me juzgas y aunque puede que pienses que estoy un poco loca, (que la verdad si lo estoy) no dices nada. Me dejas meter la pata.

Aprovecho para pedirte perdón por todas esas veces cuándo éramos niños te hacía a un lado, por las veces en las que te rechazaba, en las que te hería y te hacía llorar al no querer ir al mismo lugar que fueras tú, por todos los besos llenos de baba y todos los abrazos que rechacé que me dieras. En serio, por un momento quisiera que fuéramos niños de nuevo y poder dejarme querer por ese diminuto ser cariñoso de labios gruesos y dientes chuecos que eras.

Yo sé que a lo mejor tú no te acuerdas, eras realmente muy pequeño, pero yo me acuerdo de ti, llorando con la carita metida en la barda porque “mamá” se iba, y perdón por no haber llorado contigo como tenía que haberlo hecho, perdón por no haberte abrazado en todas esas veces que llorabas por ella, por haber tenido que hacerme la hermana mayor fría y de piedra que necesitabas de ejemplo, a la que no le dolía nada, la que tenía que darte un buen ejemplo. Perdón por eso.

También perdóname por aquellas ocasiones en las que tenías esos ataques tan fuertes y difíciles cuando eras un poco más grandecito, yo no sabía qué hacer o cómo cuidarte, no tenía idea de qué cosa podría calmarte, perdón por sólo haberme quedado mirando mientras tú llorabas y tenías una lucha interna por cosas que siendo tan pequeño sólo tú sentías.

Pido perdón por no haberte defendido de todas esas horribles y salvajes veces en las que chabela te pegaba de una forma tan dura y salvaje, de esas en las que te daba hasta que quedaras completamente marcado. A mí no se me borra el recuerdo de mi hermanito llorando bajo el agua fría de una regadera mientras una mujer completamente loca e histérica lo golpea. Hoy sé (y eso porque ella misma me lo dijo) que lo hacía porque le producía placer y gusto verte llorando (que enferma de la mente) perdón por no haber sido más valiente y sólo haber tenido que aguantar en silencio, por no haber sido más mayor y haberme metido a defenderte cómo era debido. Por haber dejado que te marcaran de esa forma que no merecías.

Perdón por ese diente que te tiré y hacer que te saliera otro pero muchísimo más chueco que el anterior. No fue apropósito, sólo bailábamos muy felices y sin querer te lastimé y te tiré ese diente. Perdón por eso.

Algunas veces no sé si te sientes bien, si las cosas marchan bien en tu vida, ahora eres más reservado, después de todo estás de camino a ser un adulto, pero me preocupa que haya quedado en ti una huella y una estampa de dolor imborrable, que hayan cosas que no te permitan avanzar y ser feliz cómo realmente te lo mereces.

Yo sé que tú no eres como yo, es decir, mírame, yo terminé loca por haberme querido hacer la fuerte. Ese es el precio que he tenido que pagar por protegerte y quiero que sepas algo: Si tú estás bien, si tú no tienes todos estos traumas que yo tengo, si tú vives una vida sin culpas, sin remordimientos, sin temores, si eres alguien feliz y pleno, alguien que puede ser medianamente normal y común… entonces estar así, en este estado, en esta forma, habrá valido siempre la pena.

Yo sé que cuando era niña, muchas ocasiones dije que no te quería, que te odiaba, que ojalá y no estuvieras conmigo. Y no sabes que estúpida y equivocada estaba, ¿cómo no voy a quererte? ¿Cómo voy a odiar a alguien que sólo veía en mí un ejemplo? ¿Cómo voy a desear no tenerte si tu compañía me haría falta?, eres mi hermano, tenemos un lazo más profundo del que muchas personas se imaginan.

Si tú sufres, yo sufro.
Si tú eres feliz, yo lo soy contigo.

Justo ahora que ya estoy cerca de una “edad madura”, comienzo a apreciar y a ver todas las cosas que dejé ir contigo, sé que puedo confiar en ti, sé que puedo contarte cualquier cosa y que me vas a escuchar, pero la verdad es que tú ya sabes que es lo que pasa sin que yo te lo diga.

Me haces sentir orgullosa de ti, estoy muy contenta de la clase de buen hombre en el que te estás convirtiendo. Por favor no pierdas el camino y si un día sientes que ya no lo puedes encontrar, ven conmigo que yo te pondré de nuevo en él.

Espero que nos queden muchos años juntos. Una vida completa si es necesario.

Es duro para mí, pero trataré de no querer morir, no quiero que te sientas avergonzado de tu hermana la que fue cobarde y mejor se mató. Trataré de ser mejor porque mereces un mejor ejemplo.

Siempre, siempre cuidaré de ti, eres mi hermanito, mi pequeñito, aunque tengas 30 años, te seguiré viendo así, como ese niño de pelo chinito que tenía un chupón en la boca. Ese que tomaba mamilas cuándo me llevaban al kínder.

Te amo Esteban, eres por mucho el hombre más importante de mi vida. Espero que no lo olvides nunca, porque aquí tienes a una hermana un tanto loca y no tan cuerda, pero eso sí, ciertamente, loca por tanto querer cuidarte a ti.

Espero te guste lo que te he preparado. Es una forma de darte las gracias por siempre estar ahí para mí durante los últimos 18 años.


Con cariño, amor y locura.
Tu hermana mayor.

lunes, 4 de mayo de 2015

Sin ti, yo no.

Oficialmente ha pasado un mes y un día desde la última vez que supe algo de ti.

Hoy soy una niña pequeña que llora.
Veo a la gente a mi alrededor viviendo,
y yo lo intento,
pero no sigo.

Voy de un lado a otro, 
viendo espejos,
buscando charquitos,
creando recuerdos.

Te imagino cerca,
te pienso, 
te siento,
te huelo.

Estoy perdida sin ti,
en este camino sin luz,
en este pozo sin fondo.

Mar de lágrimas,
riachuelo de amor,
pedazo de cielo,
cachito de sol.

Me muero de ti,
muero por ti,
porque estando así,
me falta todo.

Me sobra lo que tengo,
me falta una parte,
incompleta y desdichada,
torpe y marginada.

Excluida,
sin alas,
no puedo andar,
ya se me olvidó soñar.

Te quiero,
te adoro,
te amo.
con cada pulsación.

Necesidad constante de ti,
de saberte,
de quererte, 
de poder tenerte.

Te amo, 
cuál caballo indómito,
como almas desbocadas,
como penas sin consuelo.

Te extraño,
te necesito,
porque la distancia me hace daño,
porque sólo de ti vivo.

Nunca te tuve,
no te he tenido jamás,
y puedo jurar con cordura,
que el día que te atrape,
moriré en paz.

Me hubiera gustado ser mejor poetisa, pero esto es lo único que me sale. Y no dudes de que no hay cariño en lo que escribo, porque eso es lo que más sobra.
Ha pasado un mes, un terrible y largo mes. La incógnita aquí es: ¿cuánto tiempo te parece suficiente? ¿cuánto tiempo crees que será necesario? ¿otro mes más? ¿dos? ¿tres? ¿hasta el próximo año?.

Estoy perdiendo la razón y el sentido sin ti. ¿de verdad no sientes nada? ¿de verdad esto no te importa nada? debo dejar de pensar en ti y comenzar a vivir mi vida. Debo alejar mi mente de ti, dejar de extrañarte, de quererte y anhelarte, dejar de pensar en que todo esto simplemente ya pasará.

Dicen que si algo todavía no termina, es porque no es el final. Pero para mí que esto hace ya mucho que se terminó. ¿no lo sientes así? ¿no crees que es inútil tan siquiera pensar en que todo volverá a ser como antes?...

Si es que de verdad hubo un antes, porque es cierto, nunca hubo en realidad nada, ni siquiera sé si de verdad existimos ahora. O si habrá un después, todas esas cosas las desconozco. ¿existió algo? ¿éramos nosotros? ¿nunca fuimos?...

Te juro que lo siento, no sé que es lo que sucede conmigo. Justo ahora quiero una explicación de qué es lo que está pasando, me gustaría poder explicarme a mí misma qué es lo que está sucediendo aquí, entre estas dos personas, entre tú y yo.

Quizás no era nuestro momento, pueden haber sido tantas cosas, perdona si molesto con lo mismo, pero es que ya no sé que hacer, no sé hasta cuándo seguirá todo esto. Un huracán está arrasando con todo esto.

Ni siquiera tengo la certeza de si algún día, te volveré a tener conmigo, hemos sido arrastrados a polos opuestos, no sé que va a pasar aquí, si de verdad podré de nuevo verte, si un día podré saber que te tengo, si puedo pensar en tenerte o dejar de pensar en esa idea. Si debo dejarte ir, o quedarme y seguir aquí, por ti.

De verdad, espero que todo esto termine, y dedicarme por completo, a esperarte, ya sólo son 2 años y medio más. Han pasado aproximadamente 6 años sin ti, 3 años desde la última vez que te pude dar un abrazo, desde la última vez que compartimos momentos juntos, ha pasado tanto que a veces, parece ser una misma eternidad.

Si todo esto termina, haré y buscaré los medios para ir hasta allá a verte lo más pronto posible. Pero en serio, quiero que esto, sea lo que sea, se acabe. Porque me da pésimos ratos.

Te juro que lo siento, perdonáme por ser así.

Te Amo.
Tuya siempre.