viernes, 19 de junio de 2015

Tú me vas bien, tú me irás bien.

Finalmente encuentro tiempo para ser digna de escribir una entrada y aunque puede que no tenga muchas cosas tan importantes que decir, al menos lo intento, quiero hacer más de cien entradas este año, llegar por lo menos a ciento cincuenta no pinta tan mal. Puedo mejorar con esto de las entradas, el problema es que no siempre tengo tanto tiempo para escribirlas.

Entre la vida de universitario que me cargo y la redudante existencia que llevo en mi casa, no creo que me quede mucho tiempo para escribir entradas, el poco tiempo libre que me queda lo ocupo básicamente en ver series por internet y en escribirle alguna carta a él.

Y para ser un poco sincera, no he escrito nada en el diario que me compré. Soy una terrible persona, no sirvo para tener un diario, me va a costar trabajo llenarlo pero al menos prometo que este año voy a seguirlo intentando.

En tanto que no sé si fue la escuela o si mi mente de verdad está programada para pensar de esta forma, pero en lo que va de estos meses, he sentido dos veces que es necesario el tener que cortarme de nuevo para poder estar tranquila y mitigar la emoción con la que estoy batallando. Por momentos de verdad pierdo la cabeza y solamente puedo sentir un dolor absorbente que apaga mis sentidos y mi racionalidad, algo que sólo tiene una voz de fuera que me dice: "Tienes que cortarte" ¡"Hazlo!" y tratar de no escucharla es lo que más me atormenta, si le pongo atención muy probablemente termine haciéndolo.

Estar "limpio" o "sobrio" de una cosa de estas es mucho más complicado de lo que parece, la mayoría de las personas podría pensar, ¿Qué tan duro es el hecho de dejar de cortarse? pues déjame decirte: ¿Sabes qué carajo hacer con esa voz que te dice que te cortes? ¿sabes cómo callarla? ¿sabes qué hacer o cómo controlar ese nerviosismo en el cuerpo que te entra cuándo no lo haces? ¿sabes cómo enfrentar un gran golpe emocional sin terminar más hundido? ¿LO SABES? bueno si no lo sabes te invito cordialmente a que te calles la maldita boca y simplemente dejes de opinar, y si crees saberlo me permito decirte algo: ¡estás en un error! tú tampoco lo sabes, ¿por qué? bueno, ¿tú has tenido la necesidad de cortarte? si no la has tenido entonces dudo que tengas derecho a opinar sobre lo jodido que se ha de ver mi brazo/pierna/abdomen/pechos con nuevas cicatrices pero te diré en una frase muy sencilla y carismática lo que pasa con lo que opines: 

I DON'T GIVE A FUCK!

Y si no entiendes lo que te quiero decir eres tan libre de buscar el traductor y captar el mensaje o de no hacerlo y quedarte en la ignorancia. 
Ambas opciones son igual de buenas, puedes echar a volar tu imaginación tratando de traducir lo que te he querido decir.

El punto es que, estar "bien" es en realidad algo complicado, no es como si existiera una manera de poder definir lo que es estar "bien". Mi psiquiatra dice que me he recuperado y que sólo tengo que aprender a controlar mi personalidad tan border. 
Si el hecho de que ya no esté suicida cada día, de que haya dejado de cortarme, fumar, drogarme, morir de hambre y tener sexo con cuanto sujeto se me antojara es recuperarme, no sé en que concepto de enfermedad me tenía mi psiquiatra.
Admito que sí, gracias a ella pude dejar de lado y quitarme pesos de encimar que no eran míos, que nunca lo fueron, culpas que me atormentaron por años y que hacían de mi vida alguien miserable. Porque como ella me dijo: "Esos trastornos, nunca fueron tuyos".

En parte ella misma se esforzó mucho en lograr que yo dejara de pensar en navajas/cuchillos/objetos punzocortantes todo el tiempo, esa mujer de verdad hacía esfuerzos en hacerme ver y entender lo valiosos que deben ser para mí las partes de mi cuerpo que he mutilado sin razón aparente alguna. Y sí, se lo agradezco totalmente, aún resuenan en mi mente todas esas palabras cuando trato de hacerme daño.

Y es que para algunas personas (como en mi caso) hacerse daño no es solamente cortarse, beber hasta perder la conciencia y vomitar, drogarse o simplemente tener sesiones de sexo que sólo te dejan con un vacío emocional más grande que con el que habías llegado al encuentro son formas de autodestruirse, son maneras de hacerse más daño. 

Yo sólo quería sentirme poca cosa, buscaba cada acto que me hiciera sentir que no valía nada y en todas esas cosas (dícese: sexo-drogas-alcohol-automutilación) las encontraba siempre. Fui creando mi propio infierno, saltando de un charco a otro, de un dolor a otro para no terminar nunca.

No recuerdo cómo fue que comencé a parar cada una.
Sé que con el sexo, no lo volveré a hacer hasta que no sienta de verdad algo intenso por esa persona y de verdad crea que sea una representación física del amor que guarde. (Por cursi que suene, es mi decisión)
Sé que con las drogas, no está mal de vez en cuando. Siempre y cuando no esté matando o ahogando alguna emoción imposible o un mal recuerdo en ellas.
Sé que con la automutilación es complicado, porque mi cuerpo es mi cara al mundo, porque además de que me hago marcas que no se podrán borrar del todo, siempre serán un recuerdo de los malos tiempos, y de todo el odio que hay en mi contra mí misma.
Pero con el alcohol es una cosa diferente, no es que yo tenga malas maneras de beber, es solo que si no bebo hasta vomitar, no me siento bien conmigo misma. De cualquier forma no lo hago tan seguido. Sobre todo porque no tengo tanto dinero.

Pero hagamos un alto a todo. Viene la temible temporada de vacaciones de verano; yo tengo el cuerpo de una vaca oreo y no voy a exponerme a salir a ningún lado así que sólo me queda conseguir un empleo promedio y ahorrar para ir de viaje en temporada decembrina a ver al amor de mis amores. 
También está por demás decir que es la temporada en que mis obsesiones con el peso vuelven de manera casi inmediata y no creo poder mantenerme alejada de ellas. 
Estoy planeando vivir de piña por solamente una semana. Van a empezar las radicalidades de nuevo. 
Espero disfrutar este show de: Ayuno-Hambre-Atracón-Rutina-Ansiedad.
No estoy cómo quería todo porque el médico me detuvo en febrero de este año, y he aumentado de peso como una buena vaca así que, quiero perder por lo menos la cuarta parte de lo que tengo. Cantidad que me reservo porque hasta a mí me espanta.

Podría conseguir que se me marquen ligeramente algunos huesos pero, eso es cosa de ver que tantas ganas tengo de morir de hambre. Yo sé que pueden pensar: ¿Y esta wanna que sabe de todo esto? bien, para ser una persona que ya tuvo un derrame de esofago por tanto vómito, querida sé mucho más de bulimia que tú que de seguro llevas 6 meses con esto; o que tú que te has leído Abzurdah.

Podrías llamarme wanna todo lo que quieras pero, al final de cuentas la que sabe cómo perder peso de formas dramáticas y alarmantes soy yo, no tú. Y tú déjame decirte seguirás siendo un intento de lo que sea que quieras ser.

Ahora, hablemos de cosas más agradables.

En la escuela creo que probablemente baje mi promedio, cosa que si bien no me afecta no es de extrañarme; principalmente porque éste fue uno de los semestres en los que menos trabaje, y si tuve materias en regularización fue bien merecido. 

Aunque a mí no me afecta tanto, no soy de esas personas que viven obsesionadas con sus calificaciones de excelencia y por el estilo, siempre me he considerado alumno promedio con notas promedio y cerebro de vez en cuando sobresaliente. -Muy de vez en cuando-

Más bien creo que lo mío no es probarme en un examen, si no ponerme a resolver cuestiones, ahí es dónde de verdad puedo mostrar todo mi potencial. Me he vuelto todo lo contrario de lo que solía ser.

Una de las cosas que me sucedieron este semestre y que considero dignas de contar aquí, es que me topé con la otra cara de una persona a la cuál yo admiraba (por así decirlo), respetaba, apreciaba y pues vaya es que en serio que ese ser humano me agradaba en serio, me parecía una persona cool.

Pero las personas pueden ser unas en el salón de clases y unos verdaderos pelmazos en sus cuentas de twitter. 

O al menos de eso fue lo que me percaté cuando un día por curiosidad, vi que este sujeto desahogaba sus frustraciones ahí. En serio, que me llevé un amargo sabor de boca que tuve que disfrazar de indignación; fue una de esas decepciones que no se me van a quitar tan fácilmente. Creí que él era un buen tipo pero creo que está muy reprimido.

Y lo peor es que no sólo queda mal él, sino toda la institución. Sí, porque le tira en contra a la escuela de vez en cuando, (o lo hacía, hasta antes de dar de baja su cuenta). La verdad es que me he tenido que aguantar las ganas de ir a hablarle y hacerle la pregunta: ¿Güey, qué pedo con lo que tuiteabas? pero no me da el valor, también me la paso deseando que le sucedan cosas poco agradables (que no le compile el código es una de ellas), diciendo que no lo odio pero que no me agrada que viva/respire/exista y un sin fin de etcéteras.

La verdad es que todo esto sólo sirve para disfrazar la enorme decepción que me ha provocado, de verdad se me hacía una de las personas con las que me encantaría ponerme a platicar durante un buen tiempo porque sé que es lo suficientemente listo como para hablar de temas varios sin repetir ninguno.

Pero puede que esté deprimido o quién sabe, sólo él. Y yo siento pena; no es como si de verdad a ese sujeto le interesara lo que yo siento debido a todo esto pero soy un ser sensible que gusta de atormentarse de cosas sin sentido.

Puede que sea una pequeña tabla de surf, pero es alguien agradable. Siempre me pareció alguien amable, educado y agradable. Ahora me parece alguien sucio, hipócrita y creído. Le falta mucha humildad, eso está por demás decirlo, pero bueno... ya tendré otro semestre más para atormentar a mi mente con las cosas que respectan a él.

Sí, porque lo veré por otro semestre más. (Y esperen a que lo hagamos jefe de grupo).

Respecto al amor, realmente no sé que decir.
No es como si me llovieran tipos para salir, o cómo si los sujetos se interesaran en mi.
Y de alguna forma no contribuyo a ese hecho porque yo solamente quiero a alguien que vive a más de mil kilómetros de distancia, hay días en los que le odio pero parcialmente lo estoy queriendo siempre.
Sí, me preocupa que esté teniendo un semestre de la mierda.
Sí, me preocupa su vida familiar deplorable.
Sí, me preocupa que no duerma bien.
Sí, me preocupa que no coma bien.
Sí, me enerva que se malpase.

Le doy absolutamente todo el crédito. Digo, estudiar mecatrónica en el Instituto Politécnico Nacional no es algo que cualquiera puede hacer, y yo sé que ese hombrecito se esfuerza al 300% y que digo 300, se esfuerza al 1000% por hacer las cosas con calidad y excelencia, pero ¿a qué costo mi flaco?.

Muchas veces, cientos de veces he deseado estar ahí con él para poder prepararle algo durante esas noches en las que sé que simplemente no duerme. Y aunque puede que yo ya no sea de mucha ayuda para él en su carrera, al menos quedarme despierta a su lado hasta que él termine para que no se sienta solo, realmente me haría sentir un poco mejor. 

¿Alguno de ustedes ha sentido una impotencia tan similar a esta? me gustaría ser experta en todos los temas de su carrera para poder ayudarlo cada noche, o por lo menos estar estudiando lo mismo, aunque yo sería más un estorbo que un apoyo.

De cualquier forma, ya estoy pensando en cómo he de consentirlo en navidad. 
¿Navidad? ¿En Junio? aunque suene precipitado, la verdad es que sí, ya que si no logro ir a verlo, quiero comprarle un obsequio que sea digno de él. Y me estoy debatiendo fuertemente entre una Intel Galileo de segunda generación, o una Banana Pi/Raspaberry Pi. Hasta ahora la Galileo va ganando por mucho y si se la quiero regalar, tendré que trabajar bastante para conseguirla.

Entonces, un día me topo con que él me dice que le hago falta. Y en serio, es de las cosas más hermosas que se ha atrevido a decirme por su propia cuenta jamás en la vida. No bromeo, ese hombre no lo dice tan seguido y creo que lo decía muy en serio.

¡Qué ganas de tomar un avión hasta su lugar! yo daría 10 minutos de mi vida por abrazarlo de nuevo, daría una hora de mi vida por tenerlo conmigo un día, cambiaría un día completo de mi existencia solamente para poder tomar su mano, mirar sus ojos y decirle que lo amo como una loca. 

Me hace más falta que nadie en la vida, hay tantas cosas que hago pensando en compartirlas con él, y es que no tenerlo conmigo hace muy duro el proceso de la vida diaria. ¿De que vivo? de los "algún día" que tenemos pendientes, vivo de esperar el día a que él regrese, o a que yo vaya hasta donde él para poder estar juntos y no separarnos de nuevo.

La distancia sabe ser canija en muchos de los casos. En este, se ha pasado de perra.

Espero que su regalo de cumpleaños le haya gustado mucho, al igual que la emotiva carta de cuatro hojas que le mandé. No puedo evitarlo, es imposible no decirle miles de cosas cuando quisiera verlo diario. O por lo menos cada fin de semana.

Extraño mucho ver películas con él, no hemos tenido una videollamada decente en muchos meses. Creo que se me parte un poquito el corazón con esto. No importa, así son las cosas, yo sólo debo ser un poco paciente. Ya estará de vacaciones.

Por ahora debo irme, es de madrugada y creo que quiero intentar dormir hasta el medio día.





miércoles, 3 de junio de 2015

Todo llega a su fin.

No sé si a alguien le haya interesado todo esto. Pero los 60 días finalmente se concluyen hoy. Después de tanto contar, veo que él sigue igual y soy yo la que ha cambiado, la que es diferente.

Recién acabo de terminar una carta de 6 hojas para él, la publicaría pero es muy larga como para tipearla, porque soy de esas que escriben cartas a mano. Y llené 6 hojas. Pienso que eso debe de dar miedo. Una carta de 6 hojas, que espanto.

Pero si de algo estoy segura es de las siguientes cosas:
a) Él y su puñetero orgullo se pueden ir al carajo.
b) Estoy segura de que está tan ocupado como para separar 20 segundos de su existencia y ponerse a pensar en mí.
c) Necesita de forma URGENTE una regadera para su teclado, es muy muy seco.
d) Le tengo un cuasi odio y aberración indistintas.
e) Sigo comprando regalos para él.
f) Me tiene completamente enloquecida, y estoy segura de que mis cartas lo ponen loco.
g) Lo amo por completo, total y puramente. Honestamente LO AMO. Es el hombre de mi vida y no quiero dejarlo pasar, no quiero dejarlo ir.

Además, dentro de 19 días es su cumpleaños #20 y ¿adivinan quién anda como loca tratando de terminar el regalo más perfecto que jamás haya sido enviado por FedEx?, acertaron: YO; siento que ya compré todo lo necesario para darle, pero no me he puesto a hacer lo manual, lo que debe importar como detalle y demostrar que tan importante es para mí. No he diseñado absolutamente NADA. Y sólo me quedan 17 días, 2 son para el envío.

Así que ando a la pisa y corre con todo esto. En cuanto salga de la escuela, me dedicaré totalmente a 2 cosas: 
1) Terminar su regalo.
2) Conseguir un empleo.

Digo, si quiero ir a verlo en Diciembre - Enero, tengo que trabajar como si no hubiera mañana para poder conseguir el recurso. 

Al fin, TODO SEA POR ÉL.
Bendito hombrecito.

Probablemente este blog se mude a Wordpress, lo siento blogger, lo nuestro llega a su fin. En cuanto me decida, se los haré saber.


Dejo esta imagen por aquí, él y yo somos mejores amigos. ESE es el problema.