domingo, 28 de diciembre de 2014

Sólo porque me haces querer serlo.


Me voy a reír de todas tus bromas, incluso si significa que seré la única riéndome contigo. Voy a sonreír cada vez que nuestras miradas se encuentren, porque lo siento así. Voy a pasar mis domingos contigo, viéndote saltar de emoción cuando tu equipo favorito marque un gol, siempre que tu me acompañes de compras alguna vez. Te voy a ayudar a preparar la cena, pero sólo si prometes ayudarme a limpiar después. Y si me quieres ahí contigo, voy a ver todas las películas de acción y súper héroes contigo, pero sólo si estás dispuesto a ver una comedia romántica conmigo. También voy a tomar cerveza (o vino) contigo mientras me hablas de cómo te fue en el trabajo. Y cuando estés enfermo, voy a hacer mi mejor esfuerzo para hacerte sentir mejor con todas las caricias y besos que pueda darte. Y espero que tú hagas lo mismo.
Voy a darte tu propio espacio. Voy a preguntarte cómo estuvo tu día –no por rutina, si no por curiosidad-, porque quiero saber qué partes de tu día te hicieron sonreír y cuáles te hicieron enojar. Voy a hacerte caras tontas y molestas mientras juegas a videojuegos sólo para ver si las notas. Voy a sorprenderte en distintas ocasiones, y a mimarte diariamente.
Prometo serte leal. Porque al final del día eres el único que quiero. Voy a ser la que comparta tus esperanzas, tus sueños y tus miedos. Seré tu diario andante. Seré real, y prometo decirte las cosas como son. Porque no mereces menos. Haré lo posible por considerar tus pensamientos y sentimientos, y aunque no sea capaz de llenar tus zapatos de talla 42, haré mi mejor esfuerzo por caminar con ellos antes de juzgar tus pasos.
Voy a gritar y voy a llorar. Mis inseguridades y celos eventualmente van a salir a la luz sin importar cuánto trate de esconderlas. Habrán ocasiones en las que no tendrán mucho sentido. Cuando esté confusa o preocupada, voy a hacer preguntas, muchas preguntas. A veces van a ser largas y estúpidas, así que voy a necesitar que seas paciente conmigo. Voy a darte largos silencios cuando esté molesta, y voy a evitar contacto contigo cuando no esté lista para hablarte. También voy a hacerte enfadar, pero como no soy capaz de leer tu mente, voy a necesitar que me lo digas. Y mientras discutamos, voy a intentar considerar tus sentimientos y ser justa.
Voy a tratarte como me gustaría que tú me tratases. Quiero ser todo lo bueno para ti, y aunque ya sé que no siempre puede ser así, voy a esforzarme para no ser muy mala. No puedo prometerte que seré perfecta, pero como tu novia, voy a hacer todo lo que pueda para ser la mejor que hayas tenido jamás.
Este texto, no es mío, no sé quién lo haya escrito, pero si lo publico aquí es porque sé que en algún momento lo voy a necesitar de nuevo, sé que llegará una persona que apreciará que yo haga todas esas cosas.

lunes, 15 de diciembre de 2014

No mucho.


Hoy sólo vengo a dejar esto por aquí y me marcho lentamente, tengo un semestre que salvar.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Carta a un Esquizoide: V

Querido Curco:

No sé de que quieras hablar, pero en realidad no hay mucho sobre que hacerlo.
¿El viernes?, no, no quería nada excepto unas cuantas fotos pero tú y tu maldito complejo de superioridad no te lo permitieron, eso me pudre, que te creas tan superior y yo no te veo así, lo hago al mismo nivel que todos.

¿Que se me presentó una oportunidad después de tanto tiempo? y es que exacto, pasó tanto tiempo entre la última vez que fuiste cruel conmigo y esto para poder decir apenas algo. Quedé ofuscada con el mundo de situaciones que viví incluso me lastimaron más de lo que tú lo habías hecho, pero el dolor era distinto; me herías con tu poco interés, y frialdad, con tu rechazo y se sentía bien, porque era el orden natural de las cosas, era lo "normal" que alguien como tú nunca se fijara en una chica como yo, era normal que tuvieras tus altos estándares y lo aceptaba ¿sabes por qué? porque con eso sólo sentía ganas de ponerme a trabajar para poder cumplir tus expectativas, era el mejor de los dolores el que me causabas, y aunque después pensé que no valías la pena, nadie vale más la pena que tú; de eso me di cuenta hace 2 semanas atrás, cuando me embargó ese mal dolor que me dejó en un estado cutre y sin satisfacción, esa clase de dolor maldito, que te arranca las entrañas del pecho.

Ahora dime, ¿puedes ver la diferencia? tu fuiste por mucho el mejor de los dolores, y llámame como quieras, pero ese dolor, si se repite sería la gloria, porque sólo así aplaco a estos demonios que traigo por dentro y que no sabes como me está carcomiendo.

Con el pasar de esos meses en los que no te tuve, aprendí a no necesitarte y a inventarte sobrenombres con los que sólo yo pudiera identificarte, y ahí en la distancia, trataba de olvidarme de ti, porque lo sabía, era lo mejor que podía hacer.

Tal como te lo dije antes, conocí personas y creí que con ellas podría borrar tu imagen adherida a mi mente, ¿crees que pude?, fallé. En todo caso ya te lo debes haber supuesto, pero sí, en efecto fracasé en la misión de dejarte en el olvido, porque era un acto suicida ignorar tu imponente figura cada día de la semana, era inútil no sucumbir ante el estruendo de tu melodiosa voz, todo lo intenté y caí de nuevo, como una niña pequeña y tonta.

El punto aquí es que la única forma de huir de mí, no sé cuál sea y si logro dar con una, ten por seguro que no te la haré saber. 

¿Acaso no sabes lo realmente duro que es para mí tener que dirigirte la palabra?, ¿no te quedó claro en la carta que te di?, ¿no fui lo suficientemente precisa con mis palabras? dime porque de verdad quiero entender el motivo por el cual me mandaste ese texto diciendo que querías hablar.

¡Yo no quería hablar! ¡Yo sólo quería fotos! y tú bien sabías que carecía de medios para poder acercarme a ti y lo hice como pude, a través de otras personas, pero a ti nada te da gusto y simplemente porque se te antoja me pones en esta difícil situación.

Que te queden claras varias cosas: Si ahora te tengo en frente es por algo, si lo que tenía se terminó, es por algo; y no me iré hasta que te rindas delante de mí, no lo haré, porque al final aceptamos el amor que creemos merecer y yo creo saber que es lo que de verdad merezco.

Mary.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Lo dejo ir


Querido curco:
Estoy tan parcialmente molesta, así como tu estás totalmente indiferente, porque lo que para mí significa cosa de una vida completa, para ti es como ver volar una simple hoja en el viento.

Me siento cansada de tu complejo de superioridad, ¿de verdad crees que eres mejor que los demás? entonces sal y pruébate, sé hombre delante de los demás. Deja de esconderte, sé que tienes timidez, pero es que has hecho de eso tu zona de confort, no sales de ahí, te gusta saber que te ven como alguien poco social y abusas de eso.

También, hablemos de tu frialdad, las personas muchas veces van a ti con intenciones de hacerte alguna broma, o incluso lo veo con otras compañeras, tienen cierto nivel de confianza para manejarse contigo, y tú sólo respondes: "Ah, si", "me siento usado", "oh", ¡vamos! eres mucho más que palabras cortas. ¿Qué no les tienes confianza? pero si ya eres una maravilla social con los que conviviste un semestre, ¡ah ya! es que nosotros no estuvimos contigo. Excusa barata.

Por lo que conozco de ti eres mucho mejor que todo esto, y no sé ni a dónde carajos voy, pero el punto es que esa actitud tuya tan hedonista la detesto, no me gusta al igual que "todo de ti me agrada" esto es parte de lo que nunca me ha gustado.

Me vale un poco que seas tan hiriente conmigo, pero que hagas "numeritos" con los demás, eso no está nada cool.

Hablaremos en unos cuantos días, y entonces veremos que es lo que tienes para decir.

Tuya.
Mary.

Una pausa

No pudiera yo decirlo
de que forma me he fijado en ti.
Incluyendo esa manera tuya,
de hacerte el sutil.

Te he querido siempre,
aún cuando tu rechazo es inminente,
con todo y tu armadura,
aunque me dejes quemaduras.

De que jardín te escapaste,
capullo en flor,
miel en panal,
chocolate con leche.

Me dejas todo tan claro,
me has renovado,
sigues dando vida,
emanas calor.

Usted me da todo lo que pido,
dándome nada,
apenas sonriendo,
con una mirada,
eres pincelada,
de alegría y emoción.

Porque de este lado del colchón,
todavía te extrañan,
porque si volteas a verme,
salta mi alma.

No sé de dónde saliste,
cuando menos lo pensaba,
te tenía frente a mí, 
entorpeciendo mis días,
llenando de sol lo nublado,
acabando con el invierno,
mi primavera.

Y aquí seguiré, 
por si quieres caer, 
yo seré tu piso.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Carta a un esquizoide IV


Mi muy amado esquizoide:
Te escribo estas líneas desde el borde mi cordura, dónde rayo en locura, ese lugar en mi mente en el que ya me siento recluida, de dónde sé que si no soy lo suficiente fuerte, moriré consumida por las brasas calientes del recuerdo.

Es que, verte,  para mí es algo que está bien y que disfruto, pero creo que no es correcto que siga en una lucha constante sólo por si a caso un día decides darte cuenta de que estoy de pie, a lado tuyo, queriendo ser vista.

Pero mantengo la calma, tú no sueles notar a quién no te interesa y si después de un año crees que no es tiempo de voltearme a ver, no me importa, porque tienes tus tiempos y todos son perfectos, no miras a nadie porque sí, no cometes acciones sin antes haberlas meditado.

Esto tal vez deba guardarlo, pero debes saber, que eres como un ruiseñor cantando en mi ventana. Las raras veces que te he visto reír de verdad y desde el fondo de tu corazón, son contadas, y me he quedado con ese pedazo de recuerdo en el fondo de mi alma.

Hoy te dieron algo que preparé con mucha anticipación, como siempre tus reacciones fueron las esperadas: despistado, desorientado, no supiste que hacer ante tal situación y simplemente guardaste el sobre como si fuera cosa del otro mundo, mientras yo moría por saber si el contenido te había gustado.

Cuando más tarde lo abriste, apenas y pudieron notar tu emoción por ver algo de Stephen King ahí, de facto, la "emoción" que tuviste fue resultado de los ánimos que tu amigo tenía, sin embargo, lo mejor lo reservaste para después, la carta, no la leíste, simplemente la metiste en el sobre y lo volviste a colocar todo en su lugar, como si nada hubiera pasado.

Y yo, mi querido esquizoide, estaba en el borde de la silla, queriendo saber si te había gustado, si de verdad era de tu agrado, o si no querías ese regalo, que sé que para ti carecen de sentido si no vienen de parte de alguien que estimes, pero vamos, mi esfuerzo no tuvo que haber sido en vano y al igual que el año pasado, que te di por regalo navideño el libro de Orwell (que por cierto, supe de tu propia mano que fue de tu agrado) en parte te debe haber gustado, por lo menos un poquito.

Las apuestas no estaban para nada a favor de que ese regalo se entregara, de hecho dudo si debo preguntarte algo mañana, sobre si debo acercarme a ti cuando nadie lo note, cuando nadie pueda decir algo y generar alguna clase de controversia, de esas que no te gustan, cuando las personas hacen un escándalo por algo tan estúpido como ver a dos personas conversar.

Si me armo de valor, ten por seguro que estaré escribiendo sobre lo que hayamos conversado, de lo contrario, no lo haré hasta en muchos muchos días, cuando tenga algo nuevo que contar sobre ti, y de lo necesitada que estoy de tenerte.

Puedo esperar toda una vida, pero si encuentras a alguien en el camino que sea mejor para ti, de lo que yo creo que puedo serlo y de lo que me esfuerzo en ser, entonces iré a quebrarme a otra parte, lejos de ti.

Por ahora, me quedo con las ganas de hacerte rendir a los pies de esta loca bipolar, pero siempre siempre enamorada de ti.

Con Amor.
Mary.

martes, 9 de diciembre de 2014

Deja que se ahogue


Querida persona que lee esto:
Te escribo para contarte que estoy sumida en un profundo vacío, que estoy buscando de forma constante algo que me mantenga con vida. 
Me siento afortunada porque tengo buenos amigos que, cuando estoy con ellos, me hacen sentir bien, me hacen sentir viva. Pero cuando voy de camino a casa, sola, contando las líneas del piso, me doy cuenta de cuan sola me siento, de lo ahogada que estoy.

Y aunque repita siempre la misma palabra, no dejo de pensarlo: Todo es tan cutre.
Desde que me quedé sin lo único que me daba calma, paz y alegría, siento como si todo hubiera muerto en mí.

Anoche por momentos creí que se resolvería, pero no pasaba nada, sólo era dolor, tras dolor, porque joder, me culpo por haberlo querido tanto, por haberle dado lo mejor de mí, para que al final de cuentas me dejara como a una cualquiera.

Me siento eso, una cualquiera que no tiene valor, a la que le puedes sacar lo mejor de si misma porque te lo dará sin pensarlo y me hago preguntas. ¿De verdad era yo querida? ¿de verdad sus palabras eran ciertas? ¿alguna vez sintió amor por mí?, las respuestas no las tengo, las tiene él y si me las dijeran, no podría ni creerlas, porque de haber existido tal amor como el que él decía tenerme, no se habría acabado todo tan de repente.

¡Soy tan culpable! me remuerde mi conciencia de no haber respondido esa noche con las palabras correctas, de no haberme admirado como era debido, ¿por qué nací tan estúpida? ¿por qué tengo que ser tan caga todo? ¿por qué simplemente no le mandé un emoticono feliz? ¡ME JODE! ¡ME ODIO! me tengo un rencor tan grande, que si pudiera cada noche me destrozaría el hígado.

Es que cuando no lo tengo me siento tan vacío, me siento terriblemente mal, fatal.
Si tan sólo yo supiera que él la pasa igual de mal que yo. 
Si tan sólo supiera que él lee esto.
Si me dieran respuestas.

Pero estoy ahogada.
En mi nada.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Una anti-carta


Querido mejor amigo:
Tomé la iniciativa de escribirte una anti-carta, porque para ser sinceros, tiene mucho tiempo que no te escribo algo decente.

La verdad es que por no preocuparte, me he estado ahogando en un mundo de cosas que llegué a otro callejón sin salida y ya sabes que en esa oscuridad, tú eres el único que puede ser luz.

He estado ardiendo por dentro, es como si algo me quemara viva, me estoy consumiendo y un día de estos, seré de nuevo sólo cenizas.

Tú no sabes el esfuerzo que hago por sobrevivir, que estoy entrando en la peor temporada de todas, que el ciclo comenzó de nuevo, que me iré para abajo, que me derrumbaré un día de estos y que no te diré para no alarmarte con nada, porque tú bien sabes que aunque quiero que alguien se preocupe por mí, detesto saber que estás preocupado por lo que me sucede.

Todo es tan cutre en este momento, para mí que podría mandar todo al carajo (si es que pudiera), porque ¡Jesús! me estoy ahogando, y lo hago de forma silenciosa, con todos esos cambios que tengo, estando a veces rebosando de energía y en otras simplemente perdiendo peso porque me descuido y no me interesa ni levantarme de la cama.

Si un día de estos me hicieras falta, lo habría perdido todo, en serio. El hombre perfecto existe y está en forma de mejor amigo, ese que no se va aunque yo esté derrumbada, ese que tiene paciencia y dedicación para recoger los pedazos que otras personas dejan de mí, armarlos como un rompecabezas, ir buscando cada pieza y ponerla de nuevo en su lugar, eres ese que tiene paciencia para poder limpiar y curarme las heridas; en serio, ojalá todas las personas tengan esa dicha de poder tener a alguien como tú en sus vidas.

A alguien que cuando es necesario me regaña y me hace entrar en razón, ese alguien con palabras que tienen peso y que hacen eco en tu mente por días, porque sólo tú sabes lo que es mejor para mí, y me lo dices sin rodeos.

Eres el que me hace burla y se ríe de mis torpezas, de que no sea tan lista y que me despiste con facilidad.

Ese que conoce más mi vida que yo misma... y viceversa.

Si los ángeles existieran, se llamarían mejor amigo, creo que hay muchos motivos para poder afirmarlo, las personas que tengan uno también sabrán a lo que me refiero.

Porque si yo me hago daño, el que más sufre no es mí misma, sino tú; porque tú puedes percibir en carne viva el dolor que me embarga y aunque haya momentos en los que no comprendas el por qué de las cosas que hago, sigues ahí.

Gente va, gente viene y sigues ahí, fiel.

Porque después de 13 años juntos, ya no imagino un mañana sin ti, un día en el que no me estés llamando la atención por desperdiciar mi tiempo, uno en el que no te preocupes por mi bienestar, porque si hay alguien en este mundo jodido que más amor me ha demostrado y que más cariño me ha dado, ese eres tú.

Sé que no hay manera de poder retribuirlo, pero si algo puedo jurar es que gente va, gente viene y yo permaneceré a tu lado, fielmente.

Te amo, mejor amigo.

It's Over


Como toda buena obra en esta vida, todo llega a su fin.
¿Me duele? bastante, lo suficiente como para no querer hacer nada de mi vida los próximos meses y sólo encerrarme en mi soledad.
Pero valgo mucho más que eso.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Debería ser privado...

Hola Iván.
No fue muy difícil escogerte a ti para escribirte la carta, no, no es por intenciones secundarias, tampoco es por molestarte (cosa que si tuviera la oportunidad lo haría seguido).

Leyendo un poco las indicaciones de la actividad, decía que teníamos que hablar o recordarle las cosas más favorecedoras que tiene la persona a quién escribimos y bueno, siendo sincera, te observo “secretamente”, me complazco en verte sonreír las veces que lo haces y deberías hacerlo siempre que puedas tu sonrisa es radiante, es bonita.

Otra de las cosas que me agradan, son tus múltiples expresiones, haces unos gestos tremendamente graciosos, en especial cuándo muestras sorpresa o admiración por algo, hasta cuando tienes cara de despistado te ves muy divertido.

No es que me burle de ti, ni haga de eso mi deleite personal, pero sabes, las veces que olvidas algo, me parece gracioso. De hecho visualmente eres agradable (al menos para mí) y bueno, si de vez en cuando escuchas que digo “sabroso”… es para ti, lo sé es un piropo de mal gusto.

No sabes lo divertida que estoy mientras escribo esto, sé que son cosas positivas las que hay que decir, pero más bien, tengo tanto que no sé ni qué decirte.

Por ejemplo, te observo tanto que noto cada cosa diferente que traes puesta, puede que parezca un tanto obsesivo, pero es un viejo hábito, una conducta que se quedó arraigada en mí y que por más que quiero deshacerme de ella, no puedo.

He observado que has mejorado mucho con tus dibujos, y eso sinceramente hace que me ponga de pie y te de un aplauso, porque la verdad es que lo haces con excelencia, ya quisiera yo poder dibujar como tú, tienes un don para eso y lo sé, en el fondo quieres ser dibujante, lo vi una vez en tu perfil de Mii (no me preguntes como logré ver eso).

Me agrada ver cómo es que te desenvuelves en el medio, creo que a cómo eras cuándo comenzaba la carrera y ahora, hay una gran diferencia, eres otro, tienes personas a tu alrededor con las cuales hablas y eso me parece genial.

Tengo que agradecerte algo, hay veces o más bien hay días en los que no ando nada bien y verte me hace sentir mejor, en serio, si no fuera por alguna de tus torpezas, esas en las que olvidas ponerle nombre a tu portada, no me sentiría mejor, en serio gracias por ser así. Eres el mejor.

No puedo pedirte que seamos amigos, sé que no es factible y que bueno, a pesar de que no me odias, porque no soy una de esas personas que odias sobremanera, respeto sea cual sea el motivo por el que un día decidiste dejar de hablarme, y no insistiré en ninguna otra cosa.

Admito que sí, en efecto, me gustaría tener una mejor relación de compañerismo contigo, pero si tú no quieres, no puedo hacer nada y también contribuye mucho el hecho de que te tengo miedo, no puedo intercambiar una sola palabra contigo sin querer salir huyendo de inmediato.

Espero me permitas seguirte mirando, y por supuesto, tirarte piropos, esas cosas alegran mi día y espero que algún día te causen gracia.
Se despide de ti.
MaryFer.
PD: Lo sé, soy una tonta.