jueves, 4 de diciembre de 2014

Una anti-carta


Querido mejor amigo:
Tomé la iniciativa de escribirte una anti-carta, porque para ser sinceros, tiene mucho tiempo que no te escribo algo decente.

La verdad es que por no preocuparte, me he estado ahogando en un mundo de cosas que llegué a otro callejón sin salida y ya sabes que en esa oscuridad, tú eres el único que puede ser luz.

He estado ardiendo por dentro, es como si algo me quemara viva, me estoy consumiendo y un día de estos, seré de nuevo sólo cenizas.

Tú no sabes el esfuerzo que hago por sobrevivir, que estoy entrando en la peor temporada de todas, que el ciclo comenzó de nuevo, que me iré para abajo, que me derrumbaré un día de estos y que no te diré para no alarmarte con nada, porque tú bien sabes que aunque quiero que alguien se preocupe por mí, detesto saber que estás preocupado por lo que me sucede.

Todo es tan cutre en este momento, para mí que podría mandar todo al carajo (si es que pudiera), porque ¡Jesús! me estoy ahogando, y lo hago de forma silenciosa, con todos esos cambios que tengo, estando a veces rebosando de energía y en otras simplemente perdiendo peso porque me descuido y no me interesa ni levantarme de la cama.

Si un día de estos me hicieras falta, lo habría perdido todo, en serio. El hombre perfecto existe y está en forma de mejor amigo, ese que no se va aunque yo esté derrumbada, ese que tiene paciencia y dedicación para recoger los pedazos que otras personas dejan de mí, armarlos como un rompecabezas, ir buscando cada pieza y ponerla de nuevo en su lugar, eres ese que tiene paciencia para poder limpiar y curarme las heridas; en serio, ojalá todas las personas tengan esa dicha de poder tener a alguien como tú en sus vidas.

A alguien que cuando es necesario me regaña y me hace entrar en razón, ese alguien con palabras que tienen peso y que hacen eco en tu mente por días, porque sólo tú sabes lo que es mejor para mí, y me lo dices sin rodeos.

Eres el que me hace burla y se ríe de mis torpezas, de que no sea tan lista y que me despiste con facilidad.

Ese que conoce más mi vida que yo misma... y viceversa.

Si los ángeles existieran, se llamarían mejor amigo, creo que hay muchos motivos para poder afirmarlo, las personas que tengan uno también sabrán a lo que me refiero.

Porque si yo me hago daño, el que más sufre no es mí misma, sino tú; porque tú puedes percibir en carne viva el dolor que me embarga y aunque haya momentos en los que no comprendas el por qué de las cosas que hago, sigues ahí.

Gente va, gente viene y sigues ahí, fiel.

Porque después de 13 años juntos, ya no imagino un mañana sin ti, un día en el que no me estés llamando la atención por desperdiciar mi tiempo, uno en el que no te preocupes por mi bienestar, porque si hay alguien en este mundo jodido que más amor me ha demostrado y que más cariño me ha dado, ese eres tú.

Sé que no hay manera de poder retribuirlo, pero si algo puedo jurar es que gente va, gente viene y yo permaneceré a tu lado, fielmente.

Te amo, mejor amigo.

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