sábado, 21 de septiembre de 2013

¡Aún sigo con vida!

 
Por hoy basta de cartas, trasladarlas a este medio es una especie de verdadero gozo y sufrimiento, la letra que tiene "Mivo" es casi imposible de leer.
Así que mi trabajo con jeroglíficos termina por hoy.
 
Mi filosofía de vida es una: Ama objetos y usa personas.
Suelo verme a mí misma en el final de mi vida, como si la adultez fuese la muerte de quién quiero ser y de lo que represento, como la muerte mis propias ideas, de mis ideales.
Estoy en el comienzo de una etapa que acabo con todo aquello que quería lograr, para que la vida con su forzada manera de arreglar las cosas, me pusiera en un camino que no contemplé.
Del amar objetos, he aprendido que la necesidad más básica debe ser cubierta, y cuando algo ha sido finalmente saciado, podemos deshacernos de aquello que tanto “solíamos amar”.
Por otra parte, amar personas es algo completamente complicado, incluso difícil de comprender, el amor por una persona es algo que debería ser visto como masoquismo, es una especie de muerte, debe ser considerado suicidio.
Pero incluso aquí, sentada, escribiendo esto, no dejo de pensar en algún maravilloso ser que ha de resplandecer lo suficiente como para poder captar la atención de está cascarrabias adicta a los amores destructivos.
Estando aquí, mi pensamiento se dispara hacia otro lado , veo por mi ventana y me topo con una escena que me gustaría compartir con alguien más que no sea yo misma. Veo la noche y mi mente viaja, a donde quiera que se encuentre esa persona, a la acción que este ejecutando.
Soy presa fácil de mi enemigo número uno: Del amor, y no quiero decir con esto que yo esté enamorada, eso sólo lo podré comprobar dentro de dos meses más.
 
 
 

Carta III

Creo que no pensaba en poder aburrir algún día con una de mis cartas, y aquí me tienes: tratando de explicarte algo que no tengo ni la menor idea de lo que pueda ser, cumpliendo el mero capricho de escribirte cartas.

Probablemente lo haga con la intención de brindarte material suficiente sobre mí misma, y es que estoy segura de que eres la persona adecuada para poder escribir lo que te he comunicado de todas las formas que yo creo y considero posibles.

También puede resultar una buena oportunidad para ir mostrando las cosas que te compuse cuando eras mi "muso", cabe decir que a ninguna persona le he escrito tantas cosas, de hecho eres algo así como el primer ser humano al que le he compuesto algo formalmente.

Soy consciente como para saber que en el momento que leas todo aquello de lo que te estoy hablando vas a entrar a mi parte más personal y privada, dónde mis sentimientos fluyen y sólo existe una hoja, la tinta y yo; en este momento no puedo decir lo mismo, ya que se trata de una carta o por lo menos eso quiere ser.

Había considerado enviarte esta y las demás cartas que pueda yo escribir a tu lugar de residencia, pero hablar contigo de cualquier forma lo sigo considerando un límite, me priva del inmenso placer de ver tus expresiones y por supuesto, de verte a la cara mientras intento mantener alguna conversación entre los dos.

Si mi carta no sigue el modelo convencional, es por rebeldía.

Mivo.
 
 
Carta II
 
¿Sabes cuánto tiempo he estado esperando el momento de tomar la pluma y el papel?
Eso quiere decir, que me decidí a hacerlo sin importar qué, ¿soy egoísta?, creo que tu sabes más acerca del egoísmo que yo, y sabes perfectamente de que hablo.
 
En un mes, pasé de tener una dicha absoluta por haber creado el mejor recuerdo contigo, a morir en vida, a consumirme en trastornos y quién sabe cuantas cosas más. me llevaste hasta esto, a odiarme, a odiar el cuerpo que yo creí que te gustaba (cada vez que recuerdo esto me río) pienso y me califico a mí misma como una estúpida, accedí a darte el perdón, porque sabía que era el final para mí, el final de mi vida.

Sé que en toda la carta parecerá que te estoy culpando de mis enfermedades, de mi desequilibrio e inestabilidad mental, y por en pocas palabras haberme matado, ¿pero qué puedo hacer? sólo hiciste más grandes mi deseo de morir en vez de disminuirlo.
Ignoraste cada cosa que te suplicaba, hasta el final, me dejabas sola todos esos viernes que yo tanto te necesité, me ignorabas, me negabas, incluso me ocultabas.

¿A dónde se fue el hombre del que me enamoré?, ¿dónde esta ese joven de hace 3 o 4 años que tanto me amaba?, ese que sí esperaba por mí, que no tenía miedo de decirle a todo el mundo que yo era la mujer que amaba.
Creo que yo te destruí, te convertí en un monstruo, en aquel que al final rompió su promesa e hizo lo que nunca haría.


Sabías que yo te amaba, ¿por qué lo hiciste?, creía en ti, confiaba en ti y tú simplemente lo hacías, te olvidaste de mí y de todas tus promesas, ¿le prometiste algo? si me hubieses amado como yo quería, esto no habría pasado, tú y yo seríamos felices en este momento, pero escogiste lo contrario, escogiste enviarme a mi propia tumba, y lo conseguiste.

Te amé hasta el último momento, te amaba mucho más mientras escribí esto, te amé cuando me rompiste el corazón, cuando me dejaste sola, te amaba mucho y por todo, aunque fuera doloroso, yo de verdad te amaba, daba todo de mí por ti, daba la cara por ti, aguantaba frío, lluvia, horas de espera sólo por ti, porque yo te guardaba un gran amor.

Quería calentar tu corazón, hacerte feliz toda la vida, que tú finalmente algún día pusieras tu semilla en mí y dar fruto contigo, florecer juntos, yo sólo quería pasar el resto de mis días contigo, tomar tus manos hacerte saber cuanto te amo, ¿era mucho pedir?

El dolor que sientes por mi ausencia, es lo que sentí por más de un mes, a diario por tu traición, así de muerta me dejaste, por eso no soporté más, no quería ser la burla de ella, no quería ser tu burla, ¿querías matarte de la vergüenza? intenta vivir con esto y dime si la vergüenza es apenas nada.
Vive sin mí, el tiempo que puedas, que si regresas a ella yo lo sabré y los veré, te acordarás de mí, cada vez que la veas, que la toques. En cada mujer que veas, sólo serás capaz de verme a mí.

¿Querías matarte? espero que ahora seas capaz de siquiera intentarlo.
¿Me amas? ¿me amabas?, sabes que en donde quiera que yo esté, te estaré amando mucho más, y esperaré por ti, hasta el último de tus días, para reunirme contigo.

                                                           Mivo.

*Esta, es una carta escrita después de los trágicos sucesos que llevaron a la mujer llamada "mivo" al desquicio y límite de su cordura, fue escrita después de que aquel amor desapareciera de su vida y se llevara todo de ella.
*Las cartas que prosiguen, son a un amigo de ella. Nunca se las pudo entregar. Ella aún las conserva.