domingo, 27 de septiembre de 2015

De cómo pasé el mejor fin de semana en el año. (Actualizado)

Después de haberles platicados cosas sobre la enfermedad y que me imagino que deben estar un poco hartos de leer sobre una enferma (pero es que en mi vida, dónde ni siquiera hay vida social y convivo con realmente muy pocas personas, cayendo casi en el aislamiento) todo gira en torno a mi padecimiento que si bien a veces pareciera que ha disminuido y se quiere desaparecer, en otras lo limítrofe aflora y me recuerda que no tengo una vida normal.

Pero vayamos al grano.
Del viernes 25 al domingo 27 de septiembre, estuve asistiendo a un taller de Escritura Creativa (esta es la parte en la que se supone ustedes me aplauden) y lo tomé porque:
Me enviaron la invitación (2 veces), y no bastaba con que fuera de Escritura creativa, con el simple hecho de que ya dijera "TALLER DE ESCRITURA..." yo ya estaba enviando mis datos para inscribirme.

De sobra está decir que si no se han percatado en mis demás entradas (algunas de ellas bastante extensas) es que vivo casi literalmente para escribir. Por lo que tomar un taller que me enseñara algo nuevo iba a ser una aventura excitante y divertida.

Además de que así salgo de mi cueva durante 3 días.

Y no saben, fue la cosa más barbara en la que he estado.
Escribiendo como loca desde el primer momento, desde el primer día.
Y me daba por atiborrar las cuartillas, lo cual mas tarde dificultó la tarea de la persona que daba el taller para poder marcarme las correcciones.

Y yo encantada, había pasado tanto tiempo desde que había tenido la oportunidad de estar con una persona que de verdad SABE y que de cierta forma puede ser una autoridad en el tema para corregir y marcar pautas en mis trabajos.

Y que felicidad.
Cuatro horas seguidas escribiendo.
Aunque de por si, cuando digo que me voy a sentar a revisar mis trabajos por cuenta propia, o que voy a escribir durante "algunas horas", me dedico sólo a eso.
No sé si fue el mero hecho de tener un instructor, pero había algo en ese ambiente que me hacía sentir algo que no sentía desde hace mucho, mucho tiempo: FELICIDAD.

Realicé trabajos buenos, escribí cosas que no creí que pudiera haberlas escrito o que yo manejara ese nivel de capacidad.

Y quiero enseñarlos al mundo, pero tengo que hacerles las debidas correcciones.
Pero no los publicaré aquí.
Seguiré el consejo de la instructora y los guardaré para una antología.
(Sí, como una de mis canciones favoritas)

Me agradaría tanto poder poner una foto de todos los del taller, pero todavía no me han etiquetado, en cuanto la suban, actualizo la entrada.

Espero y ustedes puedan sentir esa felicidad esta semana, igual que yo.

Puro amor. 

Generación del Taller de Escritura Creativa de Septiembre.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Mi vida con pastillas


No había escrito sobre algo que tiene que ver con mi vida diaria desde hace mucho tiempo, y la idea me estaba circulando por la cabeza desde hace poco tiempo por lo que puede que tenga muy poco o realmente nada que decir sobre el tema.

Mi vida con Pastillas.
¿A dónde quiero llegar con esto? bueno, tengo alrededor de casi 4 años medicada con psicotrópicos. En este caso un psicotrópico es una sustancia con capacidad de producir cambios en el humor, estado de ánimo y la percepción de quien las toma. 
Y en mi caso personal llevo alrededor de casi 4 años con anti psicóticos.

De nuevo, ¿Qué es un anti psicótico?
Son también llamados neurolépticos y se usan en el tratamiento de las psicosis.
Dependiendo el trastorno es su indicación y al menos en mi caso fue recetado para desaparecer las alucinaciones que tenía de manera constante.

¿Nos vamos entendiendo?

Cuando llegué a psiquiatría era yo un saco de alucinaciones descontroladas que no tenían pie ni cabeza y que me seguían por todos lados, junto con cuadros depresivos severos, con conductas suicidas, problemas de auto mutilación, un poco notable problema alimenticio y una conducta inadecuada.

¿Qué hicieron conmigo?

Bueno, después de dos largas horas con la psiquiatra y siendo todavía menor de edad, ella consultó con mi madre lo necesario de medicarme.
Por ese entonces optó por recetarme Leptopsique y Valproato de magnesio.

Pasó el tiempo y las depresiones no remitían en lo absoluto, así que me retiraron el valproato de magnesio, llegando en ese entonces a mi vida y por un año la Fluoxetina o mejor dicho: El Prozac.

A quién solía llamarle mi pastilla de la felicidad.
Los anti psicóticos nunca los dejé.

Después de ese año de anti depresivos, y con una remarcable mejoría en mi estado del ánimo, me lo retiraron y cambiaron mi anti psicótico por la olanzapina.

Fue una de las decisiones más terribles que ha tomado conmigo la psiquiatra, estuve durmiendo durante 6 meses a todas horas, todo el día, todo el tiempo.

Así que cuándo le dije lo que sucedía me dio trifluoperazina y me sentó de maravilla.
Alucinaciones disminuidas, el único problema es que el peso que había ganado con la olanzapina era muy difícil de bajar.

Luego conocí a los estabilizadores del estado del ánimo, y llegó el valproato semisódico.
Nunca terminé las 3 cajas, era un medicamento que me dejaba por completo sin emociones y que hasta me alteraba el sueño.

En Diciembre del año pasado me dieron Lamotrigina e igual por ese mismo rumbo a mi psiquiatra se le ocurrió darme risperidona en lugar de trifluoperazina, creyó que sería mejor para mí.

Pues me fue peor que con la olanzapina.

No me pude levantar en todo un día por completo. Me dejó botada totalmente.
Me aterré ante el efecto de la risperidona y le pedí que de inmediato me diera la trifluoperazina que tan bien me ha sentado para con las alucinaciones y para mis efectos secundarios, que han sido muy pocos.

Me cambiaron la lamotrigina por topiramato.

Ah, y para mis emergencias, guardo una caja de clonazepam.

Y voy para largo por mucho mucho más tiempo consumiendo medicamentos.

Sé que no debí hacer una historia de las pastillas que he tomado en los casi 4 años que llevo en psiquiatría pero me pareció la forma más comprensible.
El poder dejarlos por algunos días o a veces hasta semanas, pero tener que regresar a ellos porque de lo contrario comienzo a ser un caos total en mi vida.

Quiero saber lo que es la vida sin medicamentos de nuevo. 
Hace algunos meses fui al médico a hacerme un ultrasonido y me dijeron que mi hígado está un poco "resentido" por la eliminación de medicamentos constante que tiene.
¡Apenas han pasado cuatro años! se supone que debo tomarlos la mayor parte de mi vida para estar bien.

Puedo estar "bien" de mi mente, pero otras parte de mi cuerpo comenzaran a enfermarse pronto por tantos medicamentos en mi organismo y ¿quién afecta a quién? supongo que deben haber mejores alternativas para esto.

Vivir pendiente de cuándo tomar una pastilla no es sencillo, debo salir con ella por las tardes/noches, cuando salgo de viaje, cuando voy a alguna fiesta.
No puedo consumir ciertas bebidas, no puedo fumar.

Es diferente para mí.
Y aún así, todavía me cuesta llevar esa rutina.

Nunca me voy a acostumbrar.



lunes, 14 de septiembre de 2015

Aparece una luz

Me he pasado los últimos meses batallando con una inestabilidad increíblemente grande, que a veces ni yo misma sabía a quién recurrir, si reír o llorar, si era estupidez, o que me estaba sucediendo.
Sentía que no tenía control de mí misma, ni de mis emociones ni de ninguna de las acciones que llevaba a cabo. Actuando siempre por impulso, a veces por inercia y siempre sintiéndome más perdida que de costumbre.
Comencé a darme cuenta de que no sólo tenía problemas con mis emociones, con mi mente y con mis ideas, sino con mi propia identidad sexual (y lo sigo teniendo), pero no estaba recibiendo la ayuda adecuada.
Es más, no tenía a quién pedirle ayuda. 
Mi psicóloga, que "se supone" tiene que enseñarme a manejar la personalidad limítrofe, duda del diagnóstico de mi psiquiatra, ella no considera que yo tenga el trastorno, cree que sólo es "inmadurez" (así lo llama ella) y se atribuye (como casi siempre) a mi edad.
¿A mi edad? ¿What? lo dice como si yo tuviera trece años, estuviera entrando en la adolescencia y no tuviera idea de los cambios que hay en mi cuerpo y con mis emociones.
Pero tengo más edad que eso, la pubertad y la adolescencia afortunadamente ya las pasé y salí arrastrándome de ahí. Viva al fin.
Se negaba a ponerme cualquier clase de prueba psicológica para determinar causas, para ver si estoy bien, mal o de plano por mi mente no pasa nada. 
Simplemente sonreía y no decía nada.
¿Qué clase de psicóloga es esa? ¿Quién le dio su título y su cédula? 
Nunca me he sentido cómoda con ella, nunca me ha creído y es más, hasta ha de escribir que todo me lo invento.
Por que ella misma, viendo como estaba yo con los huesos marcados, teniendo en sus manos mis análisis clínicos, la hoja de evaluación del médico que dictaba un bajo peso y desnutrición, simplemente soltó: No puedes tener bulimia, si lo tuvieras, no me lo estarías diciendo.
Y ahí me dejó, con un evidente trastorno de la alimentación, negándome la ayuda que necesitaba y teniendo que buscar por cuenta propia la recuperación que era necesaria, tenía que ganar peso o me iba a poner peor.
Entonces, ¿cómo es que ella puede estar atendiendo un caso como el mío? si cree que no tengo nada, ¿por qué me sigue dando citas?
No lo entiendo, y la verdad es que tuve que buscar ayuda en otro lado, porque ahí era como estar en un callejón sin salida.

Hoy por fin fui con una nueva psicóloga, quién me creyó y dijo que es evidente la conducta de una TCA, quién va a diagnosticar y a verificar lo que mi psiquiatra dijo que tengo, quien por primera vez en muchos años me dijo:
-¿Te han hecho alguna prueba?
Quien no me dio cita hasta dentro de cuatro meses. Alguien que se notaba que de verdad estaba creyendo en mis palabras, en la desorientación que tengo, en lo perdida que estoy y en lo desesperada que me encuentro por saber ¿qué soy? ¿quién soy?
Espero todo marche bien, y espero que ahora sí, después de tanto tiempo, por fin haya encontrado la ayuda que tanto necesito, porque si yo sola no puedo...
las consecuencias, van a ser fatales.


sábado, 18 de julio de 2015

Reseña: Echo Park

Nombre: Echo Park
Autor: Michael Connelly.

Harry Bosch tiene la oportunidad de reabrir un caso en el que trabajó en el pasado y que había quedado sin resolución; se trata del asesinato de Marie Gesto, una joven desaparecida unos años atrás. 
Bosch tuvo siempre el presentimiento de que nunca encontrarían con vida a Gesto y cuando las circunstancias le forzaron a cerrar el caso, se quedó con la desagradable sensación de haber dejado escapar al culpable por obviar un detalle de la investigación. 
Por ello recibe entre escéptico y aliviado, la confesión de un hombre que alega estar detrás del asesinato de la joven. Las circunstancias que envuelven el caso son atípicas dado el interés de un político por llegar a un pacto con el presunto culpable.  Arguye que resultará beneficioso para ambas partes: el detenido detallaría que pasó con otros casos irresolutos cuya autoría se atribuye, evitando así la pena de muerte. 
A Bosch no le gusta la propuesta, pero no puede reprimir su deseo de cerrar un caso que le ha inquietado durante años.

Y ahora, ya que mencionamos todo lo anterior pasemos a lo que de verdad nos interesa.
Éste es el libro que me estaba curando la resaca literaria que me dejó el libro de Cecelia Ahern (del cual puedes leer su reseña en la entrada anterior). 
No acostumbro leer libros policíacos, no me producen mucho interés pero da la casualidad de que este libro lo conseguí en el supermercado hace tiempo, mi madre me llevó a comprar algo por fiestas navideñas y escogí este junto con otros dos que tengo por ahí.
Había otros dos títulos de este señor, Michael Connelly pero no me sentía muy convencida, nunca había escuchado de él y de los tres que vi, la sinopsis de este fue el que llamó mi atención.
El personaje principal, Harry Bosch, está muy bien diseñado. No es el típico detective tonto, además de que trabaja en la división de homicidios (lo cuál le da un plus a su perfil) es alguien que es honesto y al que a mi parecer le gusta hacer justicia como se debe. Temerario en algunas ocasiones, y hasta con una vida personal bastante interesante.
La novela se va haciendo interesante conforme avanzan los capítulos; debo hacer el siguiente Spoiler: el sujeto que se atribuye la muerte de la señorita Gesto, es un asesino en serie.
(Al cuál yo comencé a referirme como "El asesino de las bolsas" y creo que también lo llaman así en el libro)
¿Por qué tengo que mencionar un dato así de importante? bueno, porque el autor se tuvo que dar a la tarea de recrear todo un perfil psicológico y hacer que las situaciones develadas tuvieran alguna coherencia.
En sí, el personaje del asesino de las bolsas es alguien muy interesante; incluso hasta lo relacionan con un cuento infantil. Muy detallado el asunto.
También la trama se ve afectada por política, por prensa y sobre todo por el dinero.
Los personajes secundarios juegan un papel muy importante, pero sobre todo los acontecimientos que rodean a la trama es lo que hacen de esta cacería un juego interesante.
Tengo un pequeño pero con esta novela.
No sé si el autor se sacó el final de debajo de la manga, si ya no tenía ideas, si creyó que podía hacerse el chistoso, en fin... no tengo menor idea de por qué escribió un final tan disparatado como para una historia así de buena.
Te tiene toda la novela entretenido y al borde de la silla pensando en que va a pasar con el asesino en serie y con el detective, como para que de repente se le ocurra ponerle un final que te deja pensando:
-A ver, ¿Qué pasó aquí? ¿cómo pasó esto? ¿cuándo llegamos a esto?
En serio, no me resulta ni obvio, ni concordante ni absolutamente un final excelente para una trama maravillosa.
(Por eso no leo libros policíacos)
Quedé muy insatisfecha después de haberlo leído, casi quería tirar el libro por la ventana.
Señor Connelly ¡esas cosas no se hacen!

Harry Bosch, el detective de homicidios tiene una serie de tv de 10 episodios que salió para Amazon. La pueden encontrar en línea. En cuanto yo la comience a ver, les digo que tal está.
El actor que hace de Bosch, es muy diferente a como yo me imaginé el personaje.
Que típico ¿no?

Recién he escogido el libro nuevo que voy a leer porque tengo más de 20 libros nuevos que me he ido comprando y simplemente no los he leído, y en cuanto lo termine, tendrán la reseña.
Es de otro género, Novela Histórica.

Nos vemos pronto.
Bye bye.

martes, 14 de julio de 2015

Reseña: Donde termina el arco iris.

Mi ejemplar precioso, con Rosie y Alex en portada.
Título: Donde termina el arco iris.
Autor: Cecelia Ahern.

Rosie y Alex han forjado una tierna amistad desde que eran unos niños traviesos, una amistad que dura hasta su rebelde adolescencia. Cuando empiezan a disfrutar de las alegrías de las noches en la ciudad, de sentimientos y sensaciones desconocidos hasta el momento, el destino, por primera vez, decide separarlos. La familia de Alex deja Dublín para viajar a Boston, y será... para siempre.

Rosie se siente terriblemente perdida sin Alex y sólo el tiempo le hará comprender que sus vidas deben seguir caminos muy diferentes.
Cuando años más tarde Rosie decide mudarse a Boston para reencontrarse con Alex, recibe una noticia que cambiará definitivamente su vida.

La mágica conexión que los mantiene unidos, lejos de desvanecerse, se afianza a través de los mensajes, las cartas... y ello a pesar de infinitos malentendidos, de las vicisitudes de la vida y, cómo no, del propio destino, que ha decidido seguir jugando con ellos manteniéndolos durante demasiado tiempo separados. Rosie y Alex no saben hasta que punto su amistad puede sobrevivir a los años, la distancia... o las nuevas relaciones.
De pronto, una última oportunidad aparece ante ellos. ¿Apostarán Rosie y Alex por el amor verdadero?

Bien, habiendo leyendo todo lo anterior es imposible no tener ganas de comprar el libro y mucho más si ya se ha visto la película.
Pero para los que no conocen la historia hay cosas que vale la pena contar.
El libro está narrado de una forma muy especial: es una recopilación de e-mails, chats, mensajes, cartas, notas, invitaciones y etc; entonces es casi como ir viendo la línea vital de una persona a través de las diferentes etapas de su vida. 
Creo que si no fuera por ese hecho, la novela resultaría bastante tediosa de leer y no sería tan especial y memorable. Principalmente porque eso crea el factor de cercanía con el lector, quién va a terminar sintiendo que es él mismo quién ha enviado o recibido ese mensaje/carta/e-mail. 
Regularmente se espera que en una novela los personajes sean consistentes, pero lo que aquí es realmente firme es la relación que mantienen los personajes principales; relación que aunque pueda parecer muy "rosa", fue pintada en cada aspecto posible: las veces que ellos estaban bien, cuando peleaban, cuando compartían secretos, apoyo y toda una clase de cosas que suceden cuando tienes un "amigo íntimo".
Yo prefiero llamarlo mejor amigo.
Aunque creo que lo correcto es llamarlo alma gemela.
Los personajes no solamente crecen en edad, sino también en madurez mental y emocional.
Aunque bueno, como spoiler puedo decir que son los menos cronometrados o coordinados del mundo. Esto puede hacer que te quieras arrancar un poco los cabellos, tirar el libro, llorar, gritar o entrar en una crisis existencial. Todas las opciones antes mencionadas son válidas.
Es un libro que contiene mensajes o cartas que muchos de nosotros mismos hemos escrito alguna vez en nuestra vida y, debo remarcar: Y si tu mejor amigo desde que eres un enano mocoso es un hombre (en el caso de que seas mujer), y has crecido y pasado miles de situaciones a lado suyo... te invito a que te sientes, lo leas, te prepares mentalmente porque puede ponerte la vida en perspectiva.
Los personajes secundarios son maravillosos, todos llenos de gran personalidad, ricos en detalles y cada uno a su estilo contribuye a que el par de tontuelos de Rosie y Alex cumplan su misión.
Pero...
Mucho ojo con los que ya han visto la película. 
Si no la has visto se llama Love, Rosie; en México se llamó Los imprevistos del amor (pff) y puedes encontrarla en línea. 
El punto es que, la historia de la película sí es buena, sí es divertida, sí vale la pena y el casting fue maravilloso.
Pero pierde detalles, es otro argumento, las cosas no sucedieron por la misma razón que en el libro. Así que si andas corto o corta de presupuesto y te quieres lanzar a ver primero la cinta, espero que cuándo leas el libro no hagas corajes.
Y si leíste el libro y ya viste la película, deberías apreciarla, al menos se tomaron la delicadeza de adaptarla.
Es una novela ligera, de muy fácil digestión mental, un argumento sencillo con detalles que se saben pero que se tienen que revelar en los momentos adecuados. 
Es de esos libros que traes a todos lados hasta que los terminas.
ADVERTENCIA: ESTE LIBRO PUEDE DEJARTE EN UNA FUERTE CRISIS LECTORA AL FINAL.
Sí, desgraciadamente es de esos que te dejan con esa frase de:
-¿Y ahora que hago con mi vida?
Te dejo la primera opción: Vuelve a leer el libro y presta atención a cosas que no se las prestaste en la primera leída.
Segunda opción: Dentro de unos días voy a subir la reseña del libro que me curó de la resaca literaria de esta novela. Si quieres esperar a leerla para poder echarle un ojo a ese libro, te exhorto a hacerlo.
Tercera opción: Compra un ejemplar de la novela, regalalo a alguien y cuándo por fin tenga la crisis lectora igual que tú, compartan opiniones. 
La primera vez que lo leí me tomó solamente 1 día leerlo. Quedé tan mal que tuve que leerlo otras dos veces más para poder "superarlo".
No funcionó.

Espero se animen a leerlo :) 

domingo, 12 de julio de 2015

Faithfully

¿Por qué decidí llamar a la entrada con el nombre de una de las canciones de Journey? 
La respuesta es sencilla: Es lo que estoy escuchando y aunque voy a ser merecedora del odio de muchos, me gusta la versión que tiene Glee con Leah y Cory.
-Muere apedreada por el público-
Da igual, lo que aquí escribo son mis opiniones personales y tenía que decirlo. De hecho debo confesar que escucho más esa versión que la original. Pero no importa ese no es el caso. 
El punto es que literalmente quiere decir "Fielmente" (y si mi traducción esta errónea, pueden corregir, hago lo que puedo con el inglés); habla de lo duro que puede ser el tener un romance con un músico pero yo no la veo tanto de esa forma, la veo en general, lo complicado que puede ser tener algo con cualquier persona que ande en el camino.
De estar al final de cuentas, y sobre todo al final de cualquier camino, fielmente. Los motivos que tú tengas son válidos, el por qué has esperado tanto solamente tú lo conoces pero, si vas a permanecer ahí sin que nadie te obligue, si vas a poner todo tu amor en eso, me supongo que al final vale la pena.
Y digo "me supongo" porque en realidad no lo sé, no me ha pasado nunca en mi patética vida.

Creo que si pudiera describir mi vida en este momento sería con esa palabra: Patética.
Pero, ¿qué es patético?. Veamos:

Según la RAE: 
Patético,ca. 1.-adj. Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía.

Según WordReference:
Patético,ca. 1.- adj. Que produce o manifiesta de manera muy viva los sentimientos, sobre todo de dolor, tristeza o melancolía.
2.- Grotesco, que produce vergüenza o pena ajena.

No pongo una tercera definición porque creo que ha quedado muy claro. 
Sí, experimento con especialidad intensidad en mi vida los sentimientos; sobre todo el dolor, la tristeza y la melancolía pero hago hincapié en la segunda definición de WordReference: "Grotesco, que produce vergüenza o pena ajena". No creo que esté por demás decir que todo en mi ser es grotesco; soy de apariencia y actitud grotesca. 

No pondré su definición porque creo que todos aquí entendemos que es algo "grotesco", puse patético porque es un término que muchas veces no se entiende bien.

Entonces imaginen a una mujer (porque aunque me pese, ya no soy una niña o una adolescente) de veinte años, que es de mal gusto para la vista y sobre todo que es pésima para tratarla. Porque mi actitud no ayuda mucho, está como podrida o algo así. Entonces es casi igual a echarse litros de repelente para la interacción social.

Es obvio que una persona así, da pena ajena a los demás.
Es como estar gritando a todo el mundo: ¡mírame! 
Y es como si todo el mundo dijera: Iugh, que asco. Pobrecita, alguien debería ayudarla.
Lo único malo es que nadie se detiene a ayudarme, pero tampoco estoy dispuesta a recibir la ayuda.
Sí, mi vida es un fango inmenso. Tengo veinte años y estoy tan lejos de alcanzar la estabilidad que tanto quiero.

Mi vida sentimental es un desastre.
Mi aspecto físico es un asco.
Mi actitud con el resto de la gente apesta.
Mis alucinaciones han vuelto (vaya, vaya).
Mi odio para conmigo misma ha aumentado considerablemente.
Todavía vivo de la apariencia de una persona que ya no soy.
Todo da vueltas sin sentido.
Quiero huir.
Tengo más fantasías en las que vivo sola que en las que soy feliz con alguien.
Me hace falta motivación.
Tengo más miedos que un niño de tres años que acaba de comer brócoli.
Sigo espantada de la soledad.
Me cuesta y me frustra tener que socializar.
Sigo priorizando cosas que no valen la pena.
Me siguen viendo la cara.
No he conseguido un empleo de verano (y creo que ya debo rendirme con eso).
Estoy exhausta de ver las mismas cuatro paredes.
Hago carreras para bajar de peso.
Hago cosas que no me gustan para darle gusto a los demás.
Voy a un curso que odio con todo mi ser.
Extraño a mis pocos pero creo que buenos amigos.
No quiero seguir llorando por las noches.
No quiero llorar cuando me estoy bañando.
No quiero salir huyendo de mi casa seguido.
Quiero dejar de pensar en cortarme.
No he podido tirar la navaja que cargo a todas partes.
Tampoco he podido dejar de odiar mis cicatrices viejas.
Pero tampoco las dejo de amar por hacerme quien soy.
Quiero dejar de tener miedo a cada alimento que me meto a la boca.
Quiero dejar de ser tan intensa con mis emociones.
Necesito dejar tener pensamientos y actitudes dicotómicos.
Debo dejar de ponerme a mí y a mis relaciones en cualquier límite.
Debo dejar de ponerlo a él como prioridad.
Sobre todo eso, debo olvidarme de él.
No puedo olvidarme de lo importante que es en mi vida.
Quiero dejar de contar calorías.
Quiero dejar de tomar más agua que decisiones.
Quiero no estar loca.
Quiero no estar herida.
Quiero no estar rota.
Quiero no estar sola.

Y esencialmente si pueden comprender esa lista, pueden comprender porque mi vida se resume a Patética. Yo no sé que es lo que está mal en mi pirámide de Maslow, ni siquiera sé si mi pirámide está "en orden", al menos la mía no es precisamente la original.

Por si acaso, creo que llevo diciendo desde los once o los doce años que soy una persona patética. Y aunque en ese entonces no sabía muy bien qué era ser una persona así, puede que haya sido una predicción del adulto en el que me iba a convertir ocho o nueve años en el futuro.

Yo vi el futuro. Seguía siendo la misma persona.

Aunque a mi psiquiatra le encanta decir que mi trastorno de personalidad me hace ser sumamente inestable e inmadura. Ni yo misma alcanzo a comprender los por qué de tantas cosas que hago.
¿Atención? Lo dudo, me ahoga que me pongan mucha atención. Creo que nunca he sabido por qué lo hago, es solamente que hay algo en mí que me hace querer hacer las cosas, podemos llamarlo impulso si quieren.

Pero es cierto, más del 80% de los actos de los que me he arrepentido, fueron obra del impulso. Al igual que esto mismo, al igual que las cartas que he enviado, todo lo que digo cuando siento el impulso, puede que a los pocos días me sienta bastante arrepentida. 
No se imaginan que tan arrepentida estaba de haber enviado todas esas cartas, lo que decía eran casi obscenidades disfrazadas de poesía y cantos de locura.

Aunque puede que sean las temporadas maníacas las que me tienen mal.
Los medicamentos casi no me están haciendo efecto. Sigo viendo cosas que se supone no debo ver. O al menos las imagino con los ojos abiertos y me quedo perdida por algún que otro instante.

Nada marcha bien. Nada me funciona.
Y aquí estoy, esperando fielmente a que todo esto acabe.
La playa de mi ciudad. Foto: Ángel Tamáriz.

Les dejo un link que les llevará a mi página de Ask. Pueden preguntarme lo que sea, hasta por qué el brócoli es verde. Siempre responderé.
http://ask.fm/MaryFerRc

martes, 7 de julio de 2015

Don't let this magic die.

Magic Works
Las vacaciones son una especie de tortura lenta para mí. Simplemente todo mundo encuentra algo que hacer pero, a mí no me nacen las ganas de levantarme y de hecho he vuelto a caer en esas extrañas costumbres mías de quedarme dormida la mayor parte del día. 
Y no, no estoy tomando Risperidona de nuevo, así que no puedo quedarme dormida por eso.
El fin de semana pasado tuve una de esas sensaciones extrañas nuevamente. Me vi en la necesidad de casi salir huyendo de mi casa para ir al centro de la ciudad, ya que tenía que asistir a un evento de mi localidad. Aclaro que la asistencia era obligatoria, por lo que tuve que ir aunque no quisiera salir de mi casa y mucho menos de mi cuarto. Así que ante las cosas que sucedían en mi casa, salí corriendo de ahí y me fui directo al parque dónde me encontré con algunos compañeros de un curso al que (otra vez) voy forzosamente. Curso que cabe destacar se me está haciendo muy difícil. Entonces todo iba "normal", me estaba muriendo de sueño, así que me dormí un rato. Cuando el evento terminó, nos fuimos al comer quesadillas al Hidalguense, de nuevo, todo iba "bien" hasta ese momento. Ya que estaba acompañada de personas.
Cuando llegué a la parada de mi camión fue dónde la cosa se puso rara. Comencé a tener agitación y desde que iba caminando rumbo a esa esquina de General Anaya, sentía que había mucho ruido en mi mente, muchas voces y no se apagaban. ¡Joder!
Total que seguí como si nada y estuve ahí en la esquina y la agitación y el nerviosismo eran enormes, enormes. No podía contenerme, me sentía observada, perseguida, acorralada, quería quitarme los audífonos y pedir ayuda. 
Como siempre me quedé en silencio disimulando.
Demoré más de 40 minutos ahí parada y el mentado camión no pasaba. Así que caminé una cuadra más adelante para esperar otro. Zona de mala muerte por cierto. Y pues tampoco pasaba.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac.
Estaba comenzado a sentir que iba a gritar o a desvanecerme en cualquier instante, por lo que caminé una cuadra más arriba, tomé un camión que vi que me dejaba cerca de la avenida principal de mi casa, subí, me senté... cerré los ojos y morí.

¿Qué coño fue eso? Si hay alguien aquí leyendo esto y puede darme una explicación se lo voy a agradecer con mucho gusto. Veo a mi terapeuta hasta el 12 de agosto, no tengo cómo o quién para explicarlo.

Sigo sin entender porque en esta temporada me cuesta mucho más trabajo salir de casa, querer hacer algo. Me tengo que forzar a mí misma. Y la verdad es que muchos de los fantasmas de la bulimia siempre regresan con fuerza en esta temporada. 

Da igual, a nadie le interesa lo que sucede en la vida de una trastornada.


viernes, 19 de junio de 2015

Tú me vas bien, tú me irás bien.

Finalmente encuentro tiempo para ser digna de escribir una entrada y aunque puede que no tenga muchas cosas tan importantes que decir, al menos lo intento, quiero hacer más de cien entradas este año, llegar por lo menos a ciento cincuenta no pinta tan mal. Puedo mejorar con esto de las entradas, el problema es que no siempre tengo tanto tiempo para escribirlas.

Entre la vida de universitario que me cargo y la redudante existencia que llevo en mi casa, no creo que me quede mucho tiempo para escribir entradas, el poco tiempo libre que me queda lo ocupo básicamente en ver series por internet y en escribirle alguna carta a él.

Y para ser un poco sincera, no he escrito nada en el diario que me compré. Soy una terrible persona, no sirvo para tener un diario, me va a costar trabajo llenarlo pero al menos prometo que este año voy a seguirlo intentando.

En tanto que no sé si fue la escuela o si mi mente de verdad está programada para pensar de esta forma, pero en lo que va de estos meses, he sentido dos veces que es necesario el tener que cortarme de nuevo para poder estar tranquila y mitigar la emoción con la que estoy batallando. Por momentos de verdad pierdo la cabeza y solamente puedo sentir un dolor absorbente que apaga mis sentidos y mi racionalidad, algo que sólo tiene una voz de fuera que me dice: "Tienes que cortarte" ¡"Hazlo!" y tratar de no escucharla es lo que más me atormenta, si le pongo atención muy probablemente termine haciéndolo.

Estar "limpio" o "sobrio" de una cosa de estas es mucho más complicado de lo que parece, la mayoría de las personas podría pensar, ¿Qué tan duro es el hecho de dejar de cortarse? pues déjame decirte: ¿Sabes qué carajo hacer con esa voz que te dice que te cortes? ¿sabes cómo callarla? ¿sabes qué hacer o cómo controlar ese nerviosismo en el cuerpo que te entra cuándo no lo haces? ¿sabes cómo enfrentar un gran golpe emocional sin terminar más hundido? ¿LO SABES? bueno si no lo sabes te invito cordialmente a que te calles la maldita boca y simplemente dejes de opinar, y si crees saberlo me permito decirte algo: ¡estás en un error! tú tampoco lo sabes, ¿por qué? bueno, ¿tú has tenido la necesidad de cortarte? si no la has tenido entonces dudo que tengas derecho a opinar sobre lo jodido que se ha de ver mi brazo/pierna/abdomen/pechos con nuevas cicatrices pero te diré en una frase muy sencilla y carismática lo que pasa con lo que opines: 

I DON'T GIVE A FUCK!

Y si no entiendes lo que te quiero decir eres tan libre de buscar el traductor y captar el mensaje o de no hacerlo y quedarte en la ignorancia. 
Ambas opciones son igual de buenas, puedes echar a volar tu imaginación tratando de traducir lo que te he querido decir.

El punto es que, estar "bien" es en realidad algo complicado, no es como si existiera una manera de poder definir lo que es estar "bien". Mi psiquiatra dice que me he recuperado y que sólo tengo que aprender a controlar mi personalidad tan border. 
Si el hecho de que ya no esté suicida cada día, de que haya dejado de cortarme, fumar, drogarme, morir de hambre y tener sexo con cuanto sujeto se me antojara es recuperarme, no sé en que concepto de enfermedad me tenía mi psiquiatra.
Admito que sí, gracias a ella pude dejar de lado y quitarme pesos de encimar que no eran míos, que nunca lo fueron, culpas que me atormentaron por años y que hacían de mi vida alguien miserable. Porque como ella me dijo: "Esos trastornos, nunca fueron tuyos".

En parte ella misma se esforzó mucho en lograr que yo dejara de pensar en navajas/cuchillos/objetos punzocortantes todo el tiempo, esa mujer de verdad hacía esfuerzos en hacerme ver y entender lo valiosos que deben ser para mí las partes de mi cuerpo que he mutilado sin razón aparente alguna. Y sí, se lo agradezco totalmente, aún resuenan en mi mente todas esas palabras cuando trato de hacerme daño.

Y es que para algunas personas (como en mi caso) hacerse daño no es solamente cortarse, beber hasta perder la conciencia y vomitar, drogarse o simplemente tener sesiones de sexo que sólo te dejan con un vacío emocional más grande que con el que habías llegado al encuentro son formas de autodestruirse, son maneras de hacerse más daño. 

Yo sólo quería sentirme poca cosa, buscaba cada acto que me hiciera sentir que no valía nada y en todas esas cosas (dícese: sexo-drogas-alcohol-automutilación) las encontraba siempre. Fui creando mi propio infierno, saltando de un charco a otro, de un dolor a otro para no terminar nunca.

No recuerdo cómo fue que comencé a parar cada una.
Sé que con el sexo, no lo volveré a hacer hasta que no sienta de verdad algo intenso por esa persona y de verdad crea que sea una representación física del amor que guarde. (Por cursi que suene, es mi decisión)
Sé que con las drogas, no está mal de vez en cuando. Siempre y cuando no esté matando o ahogando alguna emoción imposible o un mal recuerdo en ellas.
Sé que con la automutilación es complicado, porque mi cuerpo es mi cara al mundo, porque además de que me hago marcas que no se podrán borrar del todo, siempre serán un recuerdo de los malos tiempos, y de todo el odio que hay en mi contra mí misma.
Pero con el alcohol es una cosa diferente, no es que yo tenga malas maneras de beber, es solo que si no bebo hasta vomitar, no me siento bien conmigo misma. De cualquier forma no lo hago tan seguido. Sobre todo porque no tengo tanto dinero.

Pero hagamos un alto a todo. Viene la temible temporada de vacaciones de verano; yo tengo el cuerpo de una vaca oreo y no voy a exponerme a salir a ningún lado así que sólo me queda conseguir un empleo promedio y ahorrar para ir de viaje en temporada decembrina a ver al amor de mis amores. 
También está por demás decir que es la temporada en que mis obsesiones con el peso vuelven de manera casi inmediata y no creo poder mantenerme alejada de ellas. 
Estoy planeando vivir de piña por solamente una semana. Van a empezar las radicalidades de nuevo. 
Espero disfrutar este show de: Ayuno-Hambre-Atracón-Rutina-Ansiedad.
No estoy cómo quería todo porque el médico me detuvo en febrero de este año, y he aumentado de peso como una buena vaca así que, quiero perder por lo menos la cuarta parte de lo que tengo. Cantidad que me reservo porque hasta a mí me espanta.

Podría conseguir que se me marquen ligeramente algunos huesos pero, eso es cosa de ver que tantas ganas tengo de morir de hambre. Yo sé que pueden pensar: ¿Y esta wanna que sabe de todo esto? bien, para ser una persona que ya tuvo un derrame de esofago por tanto vómito, querida sé mucho más de bulimia que tú que de seguro llevas 6 meses con esto; o que tú que te has leído Abzurdah.

Podrías llamarme wanna todo lo que quieras pero, al final de cuentas la que sabe cómo perder peso de formas dramáticas y alarmantes soy yo, no tú. Y tú déjame decirte seguirás siendo un intento de lo que sea que quieras ser.

Ahora, hablemos de cosas más agradables.

En la escuela creo que probablemente baje mi promedio, cosa que si bien no me afecta no es de extrañarme; principalmente porque éste fue uno de los semestres en los que menos trabaje, y si tuve materias en regularización fue bien merecido. 

Aunque a mí no me afecta tanto, no soy de esas personas que viven obsesionadas con sus calificaciones de excelencia y por el estilo, siempre me he considerado alumno promedio con notas promedio y cerebro de vez en cuando sobresaliente. -Muy de vez en cuando-

Más bien creo que lo mío no es probarme en un examen, si no ponerme a resolver cuestiones, ahí es dónde de verdad puedo mostrar todo mi potencial. Me he vuelto todo lo contrario de lo que solía ser.

Una de las cosas que me sucedieron este semestre y que considero dignas de contar aquí, es que me topé con la otra cara de una persona a la cuál yo admiraba (por así decirlo), respetaba, apreciaba y pues vaya es que en serio que ese ser humano me agradaba en serio, me parecía una persona cool.

Pero las personas pueden ser unas en el salón de clases y unos verdaderos pelmazos en sus cuentas de twitter. 

O al menos de eso fue lo que me percaté cuando un día por curiosidad, vi que este sujeto desahogaba sus frustraciones ahí. En serio, que me llevé un amargo sabor de boca que tuve que disfrazar de indignación; fue una de esas decepciones que no se me van a quitar tan fácilmente. Creí que él era un buen tipo pero creo que está muy reprimido.

Y lo peor es que no sólo queda mal él, sino toda la institución. Sí, porque le tira en contra a la escuela de vez en cuando, (o lo hacía, hasta antes de dar de baja su cuenta). La verdad es que me he tenido que aguantar las ganas de ir a hablarle y hacerle la pregunta: ¿Güey, qué pedo con lo que tuiteabas? pero no me da el valor, también me la paso deseando que le sucedan cosas poco agradables (que no le compile el código es una de ellas), diciendo que no lo odio pero que no me agrada que viva/respire/exista y un sin fin de etcéteras.

La verdad es que todo esto sólo sirve para disfrazar la enorme decepción que me ha provocado, de verdad se me hacía una de las personas con las que me encantaría ponerme a platicar durante un buen tiempo porque sé que es lo suficientemente listo como para hablar de temas varios sin repetir ninguno.

Pero puede que esté deprimido o quién sabe, sólo él. Y yo siento pena; no es como si de verdad a ese sujeto le interesara lo que yo siento debido a todo esto pero soy un ser sensible que gusta de atormentarse de cosas sin sentido.

Puede que sea una pequeña tabla de surf, pero es alguien agradable. Siempre me pareció alguien amable, educado y agradable. Ahora me parece alguien sucio, hipócrita y creído. Le falta mucha humildad, eso está por demás decirlo, pero bueno... ya tendré otro semestre más para atormentar a mi mente con las cosas que respectan a él.

Sí, porque lo veré por otro semestre más. (Y esperen a que lo hagamos jefe de grupo).

Respecto al amor, realmente no sé que decir.
No es como si me llovieran tipos para salir, o cómo si los sujetos se interesaran en mi.
Y de alguna forma no contribuyo a ese hecho porque yo solamente quiero a alguien que vive a más de mil kilómetros de distancia, hay días en los que le odio pero parcialmente lo estoy queriendo siempre.
Sí, me preocupa que esté teniendo un semestre de la mierda.
Sí, me preocupa su vida familiar deplorable.
Sí, me preocupa que no duerma bien.
Sí, me preocupa que no coma bien.
Sí, me enerva que se malpase.

Le doy absolutamente todo el crédito. Digo, estudiar mecatrónica en el Instituto Politécnico Nacional no es algo que cualquiera puede hacer, y yo sé que ese hombrecito se esfuerza al 300% y que digo 300, se esfuerza al 1000% por hacer las cosas con calidad y excelencia, pero ¿a qué costo mi flaco?.

Muchas veces, cientos de veces he deseado estar ahí con él para poder prepararle algo durante esas noches en las que sé que simplemente no duerme. Y aunque puede que yo ya no sea de mucha ayuda para él en su carrera, al menos quedarme despierta a su lado hasta que él termine para que no se sienta solo, realmente me haría sentir un poco mejor. 

¿Alguno de ustedes ha sentido una impotencia tan similar a esta? me gustaría ser experta en todos los temas de su carrera para poder ayudarlo cada noche, o por lo menos estar estudiando lo mismo, aunque yo sería más un estorbo que un apoyo.

De cualquier forma, ya estoy pensando en cómo he de consentirlo en navidad. 
¿Navidad? ¿En Junio? aunque suene precipitado, la verdad es que sí, ya que si no logro ir a verlo, quiero comprarle un obsequio que sea digno de él. Y me estoy debatiendo fuertemente entre una Intel Galileo de segunda generación, o una Banana Pi/Raspaberry Pi. Hasta ahora la Galileo va ganando por mucho y si se la quiero regalar, tendré que trabajar bastante para conseguirla.

Entonces, un día me topo con que él me dice que le hago falta. Y en serio, es de las cosas más hermosas que se ha atrevido a decirme por su propia cuenta jamás en la vida. No bromeo, ese hombre no lo dice tan seguido y creo que lo decía muy en serio.

¡Qué ganas de tomar un avión hasta su lugar! yo daría 10 minutos de mi vida por abrazarlo de nuevo, daría una hora de mi vida por tenerlo conmigo un día, cambiaría un día completo de mi existencia solamente para poder tomar su mano, mirar sus ojos y decirle que lo amo como una loca. 

Me hace más falta que nadie en la vida, hay tantas cosas que hago pensando en compartirlas con él, y es que no tenerlo conmigo hace muy duro el proceso de la vida diaria. ¿De que vivo? de los "algún día" que tenemos pendientes, vivo de esperar el día a que él regrese, o a que yo vaya hasta donde él para poder estar juntos y no separarnos de nuevo.

La distancia sabe ser canija en muchos de los casos. En este, se ha pasado de perra.

Espero que su regalo de cumpleaños le haya gustado mucho, al igual que la emotiva carta de cuatro hojas que le mandé. No puedo evitarlo, es imposible no decirle miles de cosas cuando quisiera verlo diario. O por lo menos cada fin de semana.

Extraño mucho ver películas con él, no hemos tenido una videollamada decente en muchos meses. Creo que se me parte un poquito el corazón con esto. No importa, así son las cosas, yo sólo debo ser un poco paciente. Ya estará de vacaciones.

Por ahora debo irme, es de madrugada y creo que quiero intentar dormir hasta el medio día.





miércoles, 3 de junio de 2015

Todo llega a su fin.

No sé si a alguien le haya interesado todo esto. Pero los 60 días finalmente se concluyen hoy. Después de tanto contar, veo que él sigue igual y soy yo la que ha cambiado, la que es diferente.

Recién acabo de terminar una carta de 6 hojas para él, la publicaría pero es muy larga como para tipearla, porque soy de esas que escriben cartas a mano. Y llené 6 hojas. Pienso que eso debe de dar miedo. Una carta de 6 hojas, que espanto.

Pero si de algo estoy segura es de las siguientes cosas:
a) Él y su puñetero orgullo se pueden ir al carajo.
b) Estoy segura de que está tan ocupado como para separar 20 segundos de su existencia y ponerse a pensar en mí.
c) Necesita de forma URGENTE una regadera para su teclado, es muy muy seco.
d) Le tengo un cuasi odio y aberración indistintas.
e) Sigo comprando regalos para él.
f) Me tiene completamente enloquecida, y estoy segura de que mis cartas lo ponen loco.
g) Lo amo por completo, total y puramente. Honestamente LO AMO. Es el hombre de mi vida y no quiero dejarlo pasar, no quiero dejarlo ir.

Además, dentro de 19 días es su cumpleaños #20 y ¿adivinan quién anda como loca tratando de terminar el regalo más perfecto que jamás haya sido enviado por FedEx?, acertaron: YO; siento que ya compré todo lo necesario para darle, pero no me he puesto a hacer lo manual, lo que debe importar como detalle y demostrar que tan importante es para mí. No he diseñado absolutamente NADA. Y sólo me quedan 17 días, 2 son para el envío.

Así que ando a la pisa y corre con todo esto. En cuanto salga de la escuela, me dedicaré totalmente a 2 cosas: 
1) Terminar su regalo.
2) Conseguir un empleo.

Digo, si quiero ir a verlo en Diciembre - Enero, tengo que trabajar como si no hubiera mañana para poder conseguir el recurso. 

Al fin, TODO SEA POR ÉL.
Bendito hombrecito.

Probablemente este blog se mude a Wordpress, lo siento blogger, lo nuestro llega a su fin. En cuanto me decida, se los haré saber.


Dejo esta imagen por aquí, él y yo somos mejores amigos. ESE es el problema.