martes, 7 de julio de 2015

Don't let this magic die.

Magic Works
Las vacaciones son una especie de tortura lenta para mí. Simplemente todo mundo encuentra algo que hacer pero, a mí no me nacen las ganas de levantarme y de hecho he vuelto a caer en esas extrañas costumbres mías de quedarme dormida la mayor parte del día. 
Y no, no estoy tomando Risperidona de nuevo, así que no puedo quedarme dormida por eso.
El fin de semana pasado tuve una de esas sensaciones extrañas nuevamente. Me vi en la necesidad de casi salir huyendo de mi casa para ir al centro de la ciudad, ya que tenía que asistir a un evento de mi localidad. Aclaro que la asistencia era obligatoria, por lo que tuve que ir aunque no quisiera salir de mi casa y mucho menos de mi cuarto. Así que ante las cosas que sucedían en mi casa, salí corriendo de ahí y me fui directo al parque dónde me encontré con algunos compañeros de un curso al que (otra vez) voy forzosamente. Curso que cabe destacar se me está haciendo muy difícil. Entonces todo iba "normal", me estaba muriendo de sueño, así que me dormí un rato. Cuando el evento terminó, nos fuimos al comer quesadillas al Hidalguense, de nuevo, todo iba "bien" hasta ese momento. Ya que estaba acompañada de personas.
Cuando llegué a la parada de mi camión fue dónde la cosa se puso rara. Comencé a tener agitación y desde que iba caminando rumbo a esa esquina de General Anaya, sentía que había mucho ruido en mi mente, muchas voces y no se apagaban. ¡Joder!
Total que seguí como si nada y estuve ahí en la esquina y la agitación y el nerviosismo eran enormes, enormes. No podía contenerme, me sentía observada, perseguida, acorralada, quería quitarme los audífonos y pedir ayuda. 
Como siempre me quedé en silencio disimulando.
Demoré más de 40 minutos ahí parada y el mentado camión no pasaba. Así que caminé una cuadra más adelante para esperar otro. Zona de mala muerte por cierto. Y pues tampoco pasaba.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac.
Estaba comenzado a sentir que iba a gritar o a desvanecerme en cualquier instante, por lo que caminé una cuadra más arriba, tomé un camión que vi que me dejaba cerca de la avenida principal de mi casa, subí, me senté... cerré los ojos y morí.

¿Qué coño fue eso? Si hay alguien aquí leyendo esto y puede darme una explicación se lo voy a agradecer con mucho gusto. Veo a mi terapeuta hasta el 12 de agosto, no tengo cómo o quién para explicarlo.

Sigo sin entender porque en esta temporada me cuesta mucho más trabajo salir de casa, querer hacer algo. Me tengo que forzar a mí misma. Y la verdad es que muchos de los fantasmas de la bulimia siempre regresan con fuerza en esta temporada. 

Da igual, a nadie le interesa lo que sucede en la vida de una trastornada.


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