sábado, 13 de diciembre de 2014

Carta a un Esquizoide: V

Querido Curco:

No sé de que quieras hablar, pero en realidad no hay mucho sobre que hacerlo.
¿El viernes?, no, no quería nada excepto unas cuantas fotos pero tú y tu maldito complejo de superioridad no te lo permitieron, eso me pudre, que te creas tan superior y yo no te veo así, lo hago al mismo nivel que todos.

¿Que se me presentó una oportunidad después de tanto tiempo? y es que exacto, pasó tanto tiempo entre la última vez que fuiste cruel conmigo y esto para poder decir apenas algo. Quedé ofuscada con el mundo de situaciones que viví incluso me lastimaron más de lo que tú lo habías hecho, pero el dolor era distinto; me herías con tu poco interés, y frialdad, con tu rechazo y se sentía bien, porque era el orden natural de las cosas, era lo "normal" que alguien como tú nunca se fijara en una chica como yo, era normal que tuvieras tus altos estándares y lo aceptaba ¿sabes por qué? porque con eso sólo sentía ganas de ponerme a trabajar para poder cumplir tus expectativas, era el mejor de los dolores el que me causabas, y aunque después pensé que no valías la pena, nadie vale más la pena que tú; de eso me di cuenta hace 2 semanas atrás, cuando me embargó ese mal dolor que me dejó en un estado cutre y sin satisfacción, esa clase de dolor maldito, que te arranca las entrañas del pecho.

Ahora dime, ¿puedes ver la diferencia? tu fuiste por mucho el mejor de los dolores, y llámame como quieras, pero ese dolor, si se repite sería la gloria, porque sólo así aplaco a estos demonios que traigo por dentro y que no sabes como me está carcomiendo.

Con el pasar de esos meses en los que no te tuve, aprendí a no necesitarte y a inventarte sobrenombres con los que sólo yo pudiera identificarte, y ahí en la distancia, trataba de olvidarme de ti, porque lo sabía, era lo mejor que podía hacer.

Tal como te lo dije antes, conocí personas y creí que con ellas podría borrar tu imagen adherida a mi mente, ¿crees que pude?, fallé. En todo caso ya te lo debes haber supuesto, pero sí, en efecto fracasé en la misión de dejarte en el olvido, porque era un acto suicida ignorar tu imponente figura cada día de la semana, era inútil no sucumbir ante el estruendo de tu melodiosa voz, todo lo intenté y caí de nuevo, como una niña pequeña y tonta.

El punto aquí es que la única forma de huir de mí, no sé cuál sea y si logro dar con una, ten por seguro que no te la haré saber. 

¿Acaso no sabes lo realmente duro que es para mí tener que dirigirte la palabra?, ¿no te quedó claro en la carta que te di?, ¿no fui lo suficientemente precisa con mis palabras? dime porque de verdad quiero entender el motivo por el cual me mandaste ese texto diciendo que querías hablar.

¡Yo no quería hablar! ¡Yo sólo quería fotos! y tú bien sabías que carecía de medios para poder acercarme a ti y lo hice como pude, a través de otras personas, pero a ti nada te da gusto y simplemente porque se te antoja me pones en esta difícil situación.

Que te queden claras varias cosas: Si ahora te tengo en frente es por algo, si lo que tenía se terminó, es por algo; y no me iré hasta que te rindas delante de mí, no lo haré, porque al final aceptamos el amor que creemos merecer y yo creo saber que es lo que de verdad merezco.

Mary.

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