miércoles, 25 de marzo de 2015

Carry on

Ojalá todos los que me conocen supieran la verdad que han escondido mis ojos por tantos años, ojalá supieran que mientras reía un pedazo de mí se moría por dentro, que yo me estaba desfalleciendo poco a poco. Pero no los culpo, ustedes no tienen la culpa de que yo esté o haya estado así por tanto tiempo.

Sé que hay quiénes saben que lucho batallas constantes por no dejarme caer, por permanecer de pie, por no desfallecer y me han visto derrumbarme, pero nunca les he dejado ver lo peor, jamás los he dejado que me vean cuando estoy tocando el fondo del infierno, ¿por qué? no lo sé, pero en muchas ocasiones es cuando más me hubiera gustado que hubiera alguien a lado mío.

En este preciso momento, estoy teniendo otra de esas guerras, el infierno está desatado en mi mente, pero pienso en todos ustedes, en los que de alguna u otra manera me han hecho sentir un poco más querida y un poco menos sola.

A lo mejor mis ganas de suicidarme y de morir son egoístas, a lo mejor si soy alguien que sólo piensa en sí misma y no en el posible daño que le hará a los demás, pero aunque no lo parezca, siempre pienso en ustedes, siempre que estoy a punto de tomar pastillas, de tomar de nuevo una navaja, de tomar una soga... pienso en ustedes.

Y me siento tan avergonzada, porque no sé con que cara le van a explicar a mi mejor amiga que yo ya me fui, que le fallé y que perdí la guerra, que me rendí; no sé cómo le haría ella para poder superar el dolor de haberme perdido, para no sentirse culpable, para dejar de sentir que pudo haber hecho algo más por mi, me imagino en lo mal que ella se sentiría y las ganas se reducen un poco.

Luego me imagino en la cara que pondría mi hermano menor al verme tirada en el suelo de nuevo, muriendo por las pastillas, desangrandome de un brazo, más muerta que viva y pienso que para él, ver a la cobarde de su hermana, a la que por tanto tiempo admiró lo shockearía, lo dañaría, porque aunque el tiempo haya pasado, siempre seguirá siendo ese niño que quería ser grande como su hermana.

Y me imagino a mi familia, un par de abuelos sufriendo, una madre devastada y un núcleo destruido, una tía que aunque no vive ya con nosotros, tendría el alma rota por pensar que no hizo de nuevo lo necesario para haberme podido ayudar, porque sé que todos se sentirían culpables, a su manera de mi muerte.

¿Y quién le explica a mis amigos de la universidad? ¿cómo les van a avisar? a aquellos que me vieron caer, que me vieron levantarme, que fueron soporte y guía durante algunos años, con los que compartí más momentos felices que tristes, a los que siempre se preocuparon porque yo estuviera bien y fuera feliz, ¿qué harían ellos al saber? estoy segura de que sólo sería un reducido número de personas en la escuela a las que de verdad les dolería mi muerte, pero está bien, nunca me ha gustado ser popular.

Y sobre todo está él, ¿Quién le iba a decir a mi alma gemela, a 1,191 km de distancia que su otra mitad decidió quitarse la vida? ¿cómo le explican que ya no estoy? que ya me fui, que lo dejé solo, que ahora no son dos mitades, que ya no hay uno solo, que todos esos sueños y esas promesas quedaron rotas, incumplidas y en el aire, que me rendí, que por más que lo amaba, no fue motivo suficiente para seguir, que me perdone por haberle fallado de esa forma, por no haber aguantado un poco más. Que me perdone por dejarlo solo, porque ya no estaré ahí para decirle y recordarle que lo amo más que a nada... y si lo amaba ¿por qué tuve que hacer eso?.

Tantas y tantas veces esos pensamientos han pasado por mi mente, muchas veces he estado cerca de hacerlo de nuevo, de terminar otra vez en un hospital y que ahora si no me puedan salvar, cuantas veces no he pensado que si lo hago ya no habrá vuelta atrás, que no podré regresar el tiempo, que no podré retractarme de lo decidido, y yo también me decepciono un poquito más de mí.

Y hoy me detengo por el mismo motivo que tengo para morir: amor.
Sé que hay pocas y contadas personas que me aman, y debo estar agradecida por tenerlos, sé que de forma constante digo que estoy sola y es porque de verdad me siento sola, vivo todo esto en soledad, pero hoy que logré salir un poco más del infierno, hoy que tuve que guardar las cartas suicidio que he hecho para cada uno de ustedes, con el pasar de los años las he ido renovando, cambiando algunas cosas pero en esencia dicen lo mismo: piden perdón.

Perdón por tener que hacer esto, por creer que esta es la solución, por creer que hago lo correcto al irme de sus vidas, por creer que estarán mejor sin mí, cuando sé bien que ni yo estaré mejor sin ustedes, porque aunque no sé que haya después de la muerte, no será lo mismo sin ustedes.

Hoy gané una batalla, hoy me mantuve firme, hoy me mantuve fuerte, por ustedes, por amor, porque merecen a una persona completa, me voy a recuperar.

Los amo, a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario