jueves, 5 de marzo de 2015

Un cumpleaños, una sonrisa.

Nunca pensé que celebrar el cumpleaños de una persona que dices no querer fuera lo que te da la sensación mas agradable del mundo.
Y la verdad es que aunque dije que ya no lo quería tuve que tener la brillante idea de celebrarlo.
Lo sé, soy un ser humano patético... pero el preferido de alguien. Y la triste verdad es que nunca me sentí tan feliz como hoy.
Si él es feliz, yo soy feliz. Es una respuesta simple a un estímulo muy sencillo. Pero al mismo tiempo es la forma más cruel de suicidarse... porque se llama amor.
O tal vez no lo sea... tal vez sólo es mi trastorno haciéndome creer que necesito a una persona para estar en orden y al rato desecharla o simplemente decir que la odio... y entrar así en un ciclo sin fin.

No sé ni porqué pero me siento bastante satisfecha con lo que logré... al menos hoy le dirigí la palabra después de meses de no hacerlo... mas de medio año sin apenas decirnos nada.
Y temblaba del miedo, de la pena, estaba en pánico. Porque sólo él puede hacerme sentir la cosa más pequeña del mundo. Porque sólo él me hace sentir que soy una niña indefensa...
Porque con él no tengo murallas ni protección alguna.
Porque es todo.
Porque yo soy nada.

Feliz cumpleaños esquizoide.

No hay comentarios:

Publicar un comentario