viernes, 10 de abril de 2015

Tripulación, armar toboganes.

Ha pasado ya la primera semana y sé que te escribí después de 5 días.
Día 8: He querido correr hacia ti un poco más.

Te he hecho poesía, escrito verso y prosa. Nada funciona.
Hitler y Mussolini se ríen de mi en sus respectivas tumbas.
De nada me sirvió leer a Sartre.

Anoche no me puse a divagar, no quise crear historias. Lo que hice fue mirar tu foto y quedarme ahí, pensando en lo bien que has de estar, lo tranquilo que vives tu vida y en que entonces yo tengo que seguir sin ti. 

Tengo que hacerme fuerte ¿cómo? no lo sé, tengo que seguir adelante, tengo que ser la clase de persona que yo misma amaría, si yo no puedo ser esa persona ¿cómo esperaré que tú me ames, Francisco?.

Tengo que vivir mi vida como si tú siguieras en ella, cómo si fijo no existiera todo esto, así como si te tuviera todos los días. En serio, puede que funcione, puede que nunca te hayas ido, es decir yo no me he ido, sigo ahí parada en tu puerta. Si vivimos bajo el mismo cielo, no importa en realidad que tan lejos o separados estemos; siempre lo he dicho y siempre lo dije: "1,191 kilómetros y existe un solo amor", bueno es momento de probar que tanto tiene de cierto.

Igualmente sigo llena de nostalgia, lo sé voy que vuelo para una depresión si no consigo hacerle frente a este mal tiempo, a este temporal. Acabaré por hundirme sin ti y no quiero hacerlo, estar hundida y tocada no es algo que quiera repetir, me cuesta trabajo levantarme una vez que llego al fondo, y tampoco creo que tú me quieras hundir... ¿o sí?.

"¿Acaso no prometimos, juntos siempre estar? ignoraba que mi abandono te hacía mal. Si la ignorancia es dicha, entonces quiero ser, quiero ser dichosamente ignorante"
No es que "mi abandono" te haya causado algún mal, más bien fue el tuyo el que comenzó a crear problemas.

Tienes un problema, te voy a recriminar que siempre te haces la víctima, por cada cosa que te pasa, no armas un escándalo pero vas creando un círculo de compasión por ti mismo que te envuelve en capas de auto desprecio y de una auto pena que termina por alejarte de los que te amamos. 

Te creas murallas, te creas barreras, te sientes tan incapacitado que te cierras y crees que sólo tu verdad universal de niño lastimado y herido es la única que importa. ¿Es en serio? ¿y qué hay de mí? nunca sueles reconocer las veces que me has lastimado, porque para ti, en toda tu perfección, nunca haces nada mal.

Y te odio por eso, y te desprecio por eso. Y me odio a mí misma por amarte, por estar a tu lado sin importar que me lastimes, porque yo sé como eres y digo: "Algún día se va a dar cuenta de lo que siento y cambiará", ese es mi error, ni te vas a dar cuenta, ni vas a cambiar. Y me odio por eso.

Ojalá la vida fuera más fácil. Ojalá me quisieras un poco más, en la forma más correcta, ojalá abras los ojos, pero ábrelos ahora que estás a tiempo no cuando ya sea demasiado tarde Francisco.

Tengo años esperando por ti, puedo hacerlo por otro corto período de tiempo.
Pero un día voy a decirte que Hasta aquí. Y todo se habrá terminado.

Te amo Pancho.
Tuya.

Ps: "¿Qué tal si lo mejor está por venir?, que la distancia deje ya de existir."

No hay comentarios:

Publicar un comentario