miércoles, 8 de abril de 2015

Lunar de clavícula / Primer Resumen.

Los primeros cinco días han pasado y no sé si es normal que yo me encuentre tranquila o es señal de que voy a empeorar, de que conforme pase el tiempo, seré un cataclismo.

Francisco, ¿sigues ahí o te has ido para siempre? y le hago esa pregunta al Francisco que vivía o que no sé si aún vive en mi corazón, al que no sé si todavía está amarrado en mis entrañas.

Estos días se me han ido en puro crear recuerdos que no existen, en puro recuerdo futuro, en decirte cosas que no puedo, en hablar temas que nunca tocamos y en ser felices como nunca fuimos. ¿Por qué? no lo sé, pero en lo que me acostumbro a tu ausencia, en lo que el vacío se va haciendo más profundo en mí, más voy perdiendo la noción de cuánto te quiero.

A veces, juro que todavía es intenso, que es extremo. Que me sigo quemando de amor por ti Francisco, pero... hay otros oscuros momentos en los que abrazada a mi sábana, siento que todo lo bueno que tenía para darte se acabó, siento que me quede seca, que te di tanto Francisco, te di todo lo humanamente posible.

Y me quedo así, hasta cerrar lo ojos... y soñar contigo. Porque es ahí dónde puedo tener tus brazos, porque sólo ahí puedo llenarte de besos, puedo ver tu sonrisa aunque sea por un corto período de tiempo. Aunque el despertar sea todavía más duro, aunque la vida al día siguiente me recuerde que no estoy ni la mitad de cerca de poder mirarte a la cara de nuevo, que no estoy ni siquiera cerca de poder rozar tu mano, no importa... vivo de sueños, al menos así se mantiene viva mi pequeña esperanza de volverte a ver.

El ochenta porciento de las cosas que veo, las relaciono contigo y ya no sé si es porque te estoy extrañando o es porque te quedaste en mi cabeza.
No importa, estoy segura de que por ahora, puede que te siga amando, con la misma enferma intensidad de siempre. Con mi jodido miedo a perderte, no importa, sigo sintiendo que te pertenezco, que sólo cuándo estoy contigo estoy en mi casa, el lugar al que pertenezco.

Francisco de mi vida, sabes bien que no te llamas así y que es el sobrenombre que te he dado para referirme a ti, pero si aún estás ahí, no sé como he de hacerle por más tiempo.
Y es que si tú no me extrañas, si tú puedes vivir sin mi, si yo no soy tan necesaria para ti cómo tú lo eres para mí, será mejor que tome mis maletas y me largue, que te deje vivir tu vida en paz.

No quiero cometer más errores contigo, quiero amarte bien, quiero darte todo lo que mereces, todo el amor que siempre he querido y mucho más. Pero si de plano veo que lo tuyo es la soberbia y morir ahogado en el orgullo y la vanidad, pues me iré, buscaré otros amores que aunque no me llenen, por lo menos me hagan el intento por borrarte de mi mente, de este corazón enfermo de ti, de un alma empedernida.

Nadie ha dicho que será fácil, pero refugiarse en otros hombres, siempre ha sido lo mío.
Si me vas a condenar a pasar mi vida al lado de alguien a quién no voy a amar, hazlo de una vez Francisco, dímelo, dicta la sentencia, ponme la soga al cuello y deja que yo me tire del árbol.

Por hoy me voy Francisco, a soñar que te tengo, a recordar el sonido de tu voz, ese que tengo muy grabado en mi mente, a crear conversaciones que no existen, con respuestas que nunca has dado, a creer que me sonríes cuándo me miras, y pensar en que me abrazas cuando me ves.

Por hoy me voy Francisco, regreso en cinco días; a ver cómo está mi alma sin ti.

Con Amor.
Su loca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario