martes, 10 de febrero de 2015

Carta a un Esquizoide VI

Esquizoide mío, de mi alma.

Ha pasado algo de tiempo desde la última carta que te escribí, y si hoy lo hago es porque pasé casi dos meses y medio sin poder verte, ayer cuando por fin te vi cruzar el umbral de la puerta, cuando entraste al salón, mi universo cobró sentido, es como si todo valiera la pena en ese instante.

Me tenías hechizada con tus risas, con tu buen humor, verte traer de nuevo el cabello largo hace que mis hormonas se disparen, porque en serio, me gustas tanto, no es que en serio no hay cosa de ti que me llegue a desagradar, y estoy completamente cegada por tu luz tan resplandeciente.

Hoy fue el segundo día que te vi, y hubo un momento en el que intercambiamos miradas. Me pregunto ¿qué es lo que piensas cuando tus ojos se cruzan con los míos? ¿acaso seguiré siendo molestia para ti? ¿te hara sentir tan siquiera algo? creo que contigo, que llegas a sentir tan poco, significar molestia ya es algo, porque te estoy haciendo sentir, te estoy produciendo una especie de emoción que no sueles tener muy a menudo.

La única de las verdades es que me tienes aquí, adorándote a cada minuto que pasa, rogando por ser un día motivo de una sonrisa tuya, ser alguien que pueda pasar muchos, muchos días a lado tuyo, compartiendo cosas, momentos y sobre todo esa pequeña porción de vida que nos han dado.

Y aunque para muchos parezca que sólo estoy perdiendo el tiempo, me da igual. Yo me siento feliz con anhelarte, con soñar estar a tu lado, porque he hecho de ti mi manera de vivir, mis ideas giran en torno a ti, la persona que quiero ser es algo que tú puedes decidir, me quedé sin autonomía, estoy siendo movida de forma constante por el simple e insignificante hecho de que te quiero.

Y es que miento, no sólo te quiero, a estas alturas, después de dos años... es amor. Porque no soy capaz de querer o desear a alguien más que no seas tú, no puedo verme con nadie más, y lo he intentado, he estado con otras personas sólo para poder dejarte atrás, para borrar tu imagen de mi memoria, para olvidarme de lo que siento por ti, y no te vas, sigues atado a mí, adherido como si fueras cemento, no te puedo despegar de cada parte en la que te llevo. Porque te amo, porque te quiero, porque estoy enloquecida de amor por ti.

Tú eres el mal del que sufro y al mismo tiempo eres tú la cura, lo único que me puede quitar, esas ansias locas de querer tocarte, de poder rozarte o acariciarte, porque en mis mejores fantasías lo hago. Tomo tus manos, beso tus mejillas, acaricio tus cabellos, me reflejo en tu mirada y me ahogo en tu sonrisa. En mis mejores momentos sólo soy capaz de poder imaginarme eso, no con nadie más, sólo contigo.

Es que reviento, me haces desbordar de buenas intenciones, ¿tienes idea de todo lo que me debo contener para evitar correr hacia ti, hacia tus brazos? ¿lo que tengo que evitar para no hacer contigo todas esas cosas?

 "Tú eres mi amor mi alegría, la verdad de mi vida, mi bebé que me salta a los brazos de prisa, tú eres mi refugio y mi verdad"

No sé como es que he podido terminar así, conformándome con lo que me da mi imaginación, enamorada hasta los huesos como una tonta, de alguien que como tú es un estúpido, de alguien que no se fijará en mí, porque no soy bonita, o guapa, ni tampoco soy muy lista, y estoy aquí, en la puerta de tu vida, esperando a que me abras.

"Eres mi verdad, tú eres la luz de mi vida, tu eres la voz que me calma, tu eres la lluvia de mi alma y eres toda mi verdad"

Me despido de ti, esquizoide, más enamorada que nunca.

Con todo su amor.
MaryFer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario