jueves, 27 de noviembre de 2014

Todo de él.


Hablemos de esto, ¿cuántas veces hemos visto en alguna persona cosas que nos gustan y no hay nada en ella que nos desagrade?.

A mi me suele pasar seguido, con una frecuencia que por lo general, de forma seguida resulto herida o decepcionada.

Pero hay un caso en específico, me refiero a que hay una persona en especial en la que veo tantas cualidades que no me detengo a ver si tiene alguna imperfección; quizás sea por el hecho de que no lo conozco bien.

Pero no hay nada en él que no me guste; desde sus ojos hasta sus manos, pasando por sus gestos y su risa, todo, absolutamente todo lo encuentro agradable y bueno para mí.

¿Cómo podría yo negarme ante tal paquete de cosas buenas? ante todo eso que para mí, es lo más cercano que he estado de ver la perfección.

Hay un mundo de cosas que quisiera decirle, o por lo general todo queda reducido a nada, porque mis sentidos se bloquean por completo cuando se trata de hablar.

He visto y conocido cosas de esa persona que nadie más, me contó cosas que sé que muchos ignoran, y yo misma descubrí la esencia de su propio ser.

Todo me atrae.
Todo me gusta.

Pero al mismo tiempo una triste verdad se esconde.
Todo me repele.

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