domingo, 30 de noviembre de 2014

Haciendo memoria...


Hablaré de algo personal. (¿Qué cosa no es personal en este blog?)
Tal vez se pregunten ¿qué rayos le sucede a esta tipa para subir una imagen así? bueno, en realidad es porque quiero hablar de esto, hace algunos meses, mis piernas lucían exactamente igual, de hecho hasta hace algunos días mis piernas tenían ese aspecto.
Sé que éste es un tema controversial, porque no todas las personas son abiertas, porque no todas piensan igual y hay diferentes opiniones.
Las más populares son: "Esas personas son estúpidas", "Sólo quieren llamar la atención", "Son gente sin integridad", entre muchas otras cosas que he visto y escuchado.
Pero hoy hablo desde mi perspectiva, desde lo que he vivido y admito que sigo viviendo.

No es una lucha fácil, carajo, ni siquiera es fácil hablar de esto para mí y lo hago porque hay momentos de mi vida en los que me pregunto ¿Qué carajos estoy haciendo? ¿en dónde coño estoy? y justo eso me sucede ahora, estoy al borde de una recaída, ¡joder! me va mal, quisiera que todo fuera como hace un año era, quiero regresar a esa época quiero verme de esa manera. ¿Qué como me veía? Les pondré una foto.


¿Esto les deja claro quién era? y no esa foto no es de cuando estuve peor, de hecho ahí estaba gorda, rebosaba de obesidad, ¿marcas en el cuello? eran muy pequeñas, llegué a pesar menos de lo permitido para mi estatura, ¿cómo me veía? absurdamente hermosa, estúpidamente bella, fatalmente gorda, terriblemente demacrada, ¡estaba hambrienta!, mareada, con frío, con los ojos cansados de tanto llorar, con unos brazos que no daban para más. Estaba rota. Muerta. Destrozada. Derrumbada. Derrotada.



Me perdí a mi misma en un abismo en el que sólo estaba yo, las voces, el hambre, el cansancio del ejercicio, la sed de amor, ganas de perfección, el odio a mí misma, soledad, vacío... cosas que no se podían llenar ni con 20 toneladas de comida. Era sólo té, agua fría, hielos, lechuga, tomate, atún y 3 horas de ejercicio todos los días. Eran los días en los que sólo las 100 calorías estaban permitidas, en los que una de más significaba un corte nuevo. En los que seguir teniendo jamones en lugar de piernas era un pecado.


La imagen de arriba no es nada, en serio, cuando les digo que no es nada, es porque llegué a estar días sin poder dar un sólo paso, en los que prefería quedarme todo el día parasitando en mi cuarto muerta del dolor que me causaban los tajos que me hacía. Y si, una ocasión me reventé una vena. ¿Ven esas piernas? Bueno, para ese entonces ya "me había repuesto" estaba en recuperación y de hecho la ocasión de esas marcas la recuerdo muy bien, se habían terminado 5 meses de una tonta y pequeña ilusión que me hice y lo sabía, las ilusiones no son para mí, al final me matan, me destruyen, no me hacen bien.

¿Cómo quedaron mis brazos luego de tantas cosas?


Y de hecho en este preciso momento, tengo nuevas marcas, pero lo admito, me da un poco de pereza tomarme una nueva foto. Ese es mi brazo izquierdo, el derecho tiene sólo 3 marcas grandes; en tanto que regresando al izquierdo, estoy estrenando 6 nuevas futuras cicatrices. Sé que a nadie le importa esto. Que nadie lo lee y que quién llegue a verlo probablemente piense que sólo soy una adolescente más.

Pero no lo soy más. Ya no soy adolescente, soy un adulto próximo a cumplir su segunda década de edad, que cada día que pasa tiene que hacerse responsable de sus acciones, tiene que acatar sus responsabilidades, que en pocas palabras ya es "alguien en la sociedad". Pero, ¿saben algo? ¡al carajo todo eso! crecer y ser adulto es una mentira, ¡MENTIRA!, no es bonito crecer, ¿acaso creen que yo lo pedí?.

Yo ni siquiera tengo a dónde regresar, ¿a mi infancia? no, gracias, no fui feliz en ese entonces, ¿a mis años de adolescencia? no, gracias, tampoco era feliz. Y es que, ¿cuándo carajos seré feliz? Hay días en los que no puedo con esto, hay días en los que recurro a las drogas, a esas malditas drogas que me dan.

De hecho, hace unas 2 semanas me puse una sobredosis de calmantes. Estuve a nada de desaparecer de este puto mundo. Estaba rendida, estaba agotada, sólo quería una cosa: Dormir.

Sé que mi lucha es grande, no creo en lo siguiente que diré pero... ¡Dios, me estoy rindiendo! ¿Quién va a querer a una persona que escucha voces? ¿quién puede amar a alguien que se deprime con facilidad? ¿quién aceptará a una persona que tiene cicatrices en su cuerpo, que detesta como luce y que se auto lesiona? ¡EXPLICACIÓN! necesito una, y lo sé, soy una sobreviviente, libré la peor batalla y la gané, mientras estaba en esa clínica, muriendo de deshidratación, esa en la que un médico me dijo que ya me había hecho el suficiente daño, que debía detenerme o podría morir, ese hueco ya lo pasé.

Pero quedan residuos, no soy como los demás, y sé que todos somos diferentes, pero ¡Jesús! intenta vivir con lo que yo vivo cada maldito día de mi vida y aunque ahora soy una guerrera, miro mi reflejo y me pregunto si de verdad estoy en dónde quería estar, si de verdad sigo avanzando o me quedé estancada, si puedo retroceder al punto en el que salí o mirar hacia el frente y no volver a hundirme nunca más.

Quisiera que todo terminara de una puta vez.
Tengo que seguir peleando.
Sobreviví.

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