viernes, 27 de junio de 2014

Yo no me decido


En realidad no sé que es lo que va a pasar con este sujeto. Que por cierto, de verdad me gustaría poner su nombre para que ustedes sepan quién es, pero no me lo permito, uno nunca sabe que cosas pueden pasar si das el nombre de alguien más.

Sólo espero a que él venga para saber que va a pasar, en realidad una parte de mi está muriendo por saber que es lo que él realmente piensa de mi. Yo voy por la vida pensando en él, no de la forma en la que suelo hacerlo cuando estoy enamorada, pero de él podría enamorarme, claro si es que él me da una oportunidad de hacerlo.

Además, para todo él es lo primero que se me viene a la mente, y aunque no sé si sea precisamente correcto, creo que sería buena idea comenzar a redactar lo que quiero decirle el día que lo vea.

"No sé si ya lo sepas o te hayas dado cuenta, me cuesta trabajo pensar en que voy a cometer una tontería garrafal al decirte todo esto, pero ¿has notado que me traes de cabeza? tu dijiste que no eras tan despistado y por lo mismo me adelanto a pensar y creer en que ya lo habías notado. No me sentía bien si no te lo decía y aún arriesgando el pellejo, y sobre todo mi corta dignidad creo que es correcto decirte que me gustas, y de la forma en que me gusta mi libro favorito, de la forma en que me siento atraída por Mr. Darcy cada vez que leo Orgullo y Prejuicio, en realidad creo que ya me has hecho perder la razón y los sentidos. ¿qué es lo que tienes? no lo sé, desconozco si fue tu personalidad, o si fue el hecho de que me haces reír como nunca nadie lo ha hecho. De la misma forma, no sé si yo haya logrado atrapar tu interés, en realidad no sé si me ves de la misma forma en que yo te veo: como un buen prospecto para algo serio; pero quiero pedirte, si estás de acuerdo, intentarlo conmigo. Es un poco muy directo, pero es lo que de verdad quiero, y mi alma es lo que tanto desea."

No tengo idea si ese discurso vaya a funcionar, pero espero que si.
Ahora tengo que memorizarlo, y bueno aprender a decírselo en el momento adecuado.

miércoles, 25 de junio de 2014

Cine Inconcluso

Él y yo no hemos podido tener una salida decente al cine, siempre se atraviesan múltiples cosas, o nunca se termina de poner bien de acuerdo.
Es algo que hemos venido posponiendo desde hace 3 semanas, ¡3 semanas! y lo que para mi comenzó como algo casual, ahora se ha vuelto la justa de mi vida.

No es sólo ver a cualquier persona, es ver al hombre que me ha puesto de cabeza los sentidos, que me ha hecho reír cuando menos lo esperaba, es la persona inesperada, e irónicamente comienzo a tener sentimientos por él.

Lo cuál es hermoso, salga todo bien o como sea que termine esto, haber comenzado a sentir cosas buenas por él, es algo que le agradezco, vivía privada de sentir apenas algo y con él todo se dio tan natural.

En realidad sólo tengo una pequeña declaración que hacer:
 
 

sábado, 21 de junio de 2014

Me voy a enamorar

Mientras lloraba, me llegó la inspiración para escribir esto.

Me voy a enamorar de él, ¡es increíble! no me lo esperaba, estaba vagabundeando por la red y me topé con una foto suya, me di cuenta de que estaba perdida en su sonrisa, en que me parece guapo, en que me deslumbra su mirada...

Y con todo y mis miedos, señores, lo repito ¡me voy a enamorar! como una tonta sé que perderé la cabeza por él, sé que soñaré de nuevo con él, sé que una foto de él va a estar en mi teléfono, lo veré hasta en la sopa.

Suena en mi su voz, quedó en mi su mirar.

¡Tengo tanto miedo! no quiero perder la cabeza, no quiero cometer errores y alejarlo, él es lo único bueno que me ha sucedido en meses. Entre la ingeniería y una vida desastrosa él llegó a ponerle un orden a mi alma, ha apaciguado mis demonios, ha calmado mis ansias locas.

¡Soy una loca! pero adoro sus nombres, que no combinan entre si. Y me gusta decir su nombre, eso me da seguridad, me hace sentir firme y sobre la tierra.

Estoy segura de que por él, por él yo creería de nuevo en Dios.

¿Acaso perderé la cabeza? estoy por salirme de los estribos, sé que perderé el camino, sé que me gusta de más, se que me agrada de más.

Es que es una verdad total, él me gusta, me interesa, me atrae, me fascina, me vuelve loca.

No me había sentido así de intensa y segura.

Pero el asunto es uno, sólo quiero verlo, y tomar su mano.

Nada más.

viernes, 20 de junio de 2014

Carta a un esquizoide II (?)

Querido Curco:
Tiene tiempo que no te escribo una carta pública, privadas tienes muchas. Espero que algún día las llegues a leer, espero que se publiquen y todos sepan de lo mucho que te quise.

Creo que te recuerdo con demasiada facilidad, te grabé en mi memoria de manera perpetua, conozco detalles de ti, y aunque sigo sin apenas saber nada, para mí ya es algo.
No estoy muy segura de saber si en mis palabras había cariño, o si se me perdía la mirada de sólo recordarte, pero eso es lo único que me queda de ti: Recuerdos... y un buen amigo que era tuyo y me pude dar el lujo de robarlo.

Caigo en la cuenta de que cometí muchos errores al estar enamorada de ti, nunca fui capaz de darte tu propia privacidad, tu propio espacio, nunca dejé de acosarte, de querer saber todo de ti, de querer conocerte... cuando debí dejarle todo eso al tiempo.

Estaba demasiado cegada por mis boberías, por mis infantilismos y ¡oh curco! no sabes como me arrepiento ahora, no sabes cuantas veces he querido regresar el tiempo a la primera vez que te vi y querer cambiar todo, querer darte ese espacio tan tuyo que te merecías, querer dejarte respirar... pienso que todo sería muy diferente ahora.

Pero tenía que ser así ¿no?, yo tenía que enamorarme locamente de ti, perdidamente de ti, ahogarme en el cariño tan tierno y tan intenso que tenía por ti y así arruinar todo, alejarte de mi y hacer que me veas como la encarnación del mal en tu vida, hacer que me veas como una molestia o como un cero a la izquierda, a alguien que no debiste conocer.

Creí que no volvería a llorar por ti, pero estoy con llanto mientras escribo esto, veo la foto que nos tomaron y ni siquiera ahí te veo realmente contento, o por lo menos cómodo. ¡Oh curco! como quiero regresar a esos días, como quiero hacer todo bien, como me gustaría tener una nueva oportunidad.

Me encariñé contigo hasta la médula de mis huesos, y ahora que busco empezar de cero, tu recuerdo sigue ahí, intacto, puro, cristalino y fiel.

Querido curco, si lees esto, espero que sepas que te quiero.

Tuya.
MaryFer

viernes, 13 de junio de 2014

Y de repente... ¡pasó un mes!

Estando ayer en mi agonía personal, hundida en uno de los abismos que con frecuencia me consumen olvidé algo que es de relativa importancia para mi.
Ayer se cumplió un mes de que sucedió el intercambio de libros y concurso de oratoria dónde conocí a lo que parece ser el muso de mi historia.

Estaba tan satisfecha del dolor que sentía, de lo putrefacto y misero del momento, que olvidé por completo algo tan hermoso como eso. El momento sublime en que llegó a mi vida.

No hay mucho más por contar, excepto porque hay un mundo de cosas que me muero por saber de él, hay muchas cosas que quiero hacer con él, para él, por él... 



jueves, 12 de junio de 2014

Lo que siempre soy.

Hacía tiempo que no me sentía como hoy, ignorada y al mismo tiempo poca cosa, hace tiempo que no recordaba dónde quedó mi valor, dónde quedó mi única obsesión que me mantenía tranquila.

Me permito poner una imagen para ejemplificar lo que pienso.

                                                        "Siempre seré la amiga fea"
Realmente no es tan difícil de comprender, ¿de verdad pienso que tengo lo suficiente para agradar a alguien? soy apenas nada, y detesto esos días de vacío (como hoy) en los que nada me satisface, en los que sólo espero a que la mierda que me consume se salga.
¿A quién le importa? ¡Cómo si valiera tanto!
Yo de verdad creí que podría llegar a ser agradable para el último hombre en el que me fijé y luego me doy cuenta de algo, no soy ni la mitad de bonita que las demás mujeres con las que habla, entonces ¿para qué seguir ahí?
No soy bonita, delgada, o talentosa. No poseo nada especial.
Soy alguien simple, sin gracia o chiste, fea y sobre todo especialmente gorda.
¿qué podría ver él en mi? ¡nada!

No valgo nada, ni para él, ni para nadie.
Mucho menos para mí.
Tonta.

miércoles, 11 de junio de 2014

Sin tanto ni mucho por decir.

Tiene tiempo que no me siento a redactar una entrada común, algo que no sea un pensamiento o una simple carta, sólo hablar y hablar a quién sea que me lea.

Es un poco curioso, que en los eventos que organiza mi universidad, de alguna u otra forma te cambie la vida, eso si nunca sabes en que evento te va a tocar, pero de que te cambia la vida, te cambia.
Conoces a personas que no esperabas, para bien o para mal.

Esta ocasión me tomo la libertad de hablar del último chico que conocí y que para mi fortuna (o desgracia, según el punto de vista) me ha robado por completo el sueño y el aliento.
Antes que otra cosa debo decir: ¡Gracias intercambio de libros Itesco! ¡Gracias concurso de oratoria! de no ser por esto, nunca, nunca lo habría conocido.

Creo que no puedo decir su nombre (por respeto a su integridad), pero si puedo mencionar todo lo siguiente.
Cuando lo tuve frente a mi por primera vez, no causó mucho, no era nadie muy impresionante, sólo un sujeto repasando de manera repetida su discurso para oratoria, hacia calor y todo mundo sudaba en ese lugar. 
Antes del concurso, intercambiamos palabras, deben haber sido muy vagas y hasta algo triviales, ni siquiera recuerdo bien de lo que hablamos, sólo estaba siendo cortés con él, tenía algo que no me agradaba, no me terminaba de caer del todo.
Al terminar la participación de ambos, no supe más de él... salí corriendo a un taller sobre creación literaria, dónde me lo topé de nuevo y por extraño que parezca lo que menos quería era seguirlo viendo, se me hacía alguien tan extraño, su sola presencia me hacía sentir incómoda, verlo era una molestia, escucharlo era lo peor.
Pero soporté ese taller porque al final conocí a una maravillosa mujer que me mostró cuál es mi verdadera pasión, que revivió en mi las ganas de seguir adelante con todo esto, con escribir. (¡Muchas gracias Lic. Mar!, si lee esto, sepa que me ha caído del cielo)
Por cierto, él seguía hablándome y yo estaba al borde de no soportarlo.
Algo que recuerdo bien fue que me mostró un noble intento de poesía, no era lo mejor que había leído de un amateur, a su escrito le faltaba mucho por pulir, pero bueno, al menos estaba haciendo el intento.
Cuando creí que todo había terminado, faltaba la clave de esto, me había pedido mi contacto para la red social. Curioso, cuando me di la vuelta supe que me lo pediría, por lo que conté..
-3...
-2...
-1...
Y me detuve en seco, porque me habló para justamente pedírmelo. Era algo que yo sabía que sucedería, y por algo no lo evité.

Ha pasado un tiempo desde eso, casi un mes y para mi, ya todo está de cabeza.
Él ha alegrado muchas, muchas de mis noches, tiene un sentido del humor que me deja frita de risa y para ser sincera, adoro que un hombre me haga reír, que tenga un sentido del humor genial. A veces no sé si yo sigo sumando puntos o todavía debo esperar a que él me diga.
Pero, si me lo preguntan ahora, ¡quiero sumar puntos con él! es alguien que me atrapó por completo, tiene mi total atención, no paro de pensar en él, incluso ahora, su voz que se me hizo insoportable, me gusta, adoro su voz.

Me impresiona mi capacidad para quedar prendida de personas que no esperaba, de todo esto nunca imaginé que todo fuera a terminar así, que él me interese de formas no previstas, de formas insospechables.

Si me pidieran decirlo, con alegría lo digo: ¡Qué gusto haberlo conocido! ¡Qué hermoso haberlo topado en el camino!

No sé como vaya a terminar esto, pero puedo tomar prestada la frase de una canción: "Si me regalan el futuro, no lo quiero sin ti".

Que cosas...

sábado, 7 de junio de 2014

Búsquedas

Me ahogo de confusión,
esa que me da por no tenerte,
esa que viene por tu lejanía,
de tu ausencia física.

Me da por confundirme,
salgo a la calle para buscarte,
y te encuentro en todos lados,
a veces llano, a veces plano.

Busco en mil hombres lo que tú tienes,
ninguno me puede dar lo que quiero,
lo que con una palabra consigues llenar,
y vagabundeo solitaria.

¿Por qué tuvo que ser así?,
¿por qué tenemos que vivir alejados?,
¿por qué nos buscamos sin habernos encontrado?,
no nos hemos descubierto todavía.

Mientras te espero soy una infiel,
jugueteando con otros,
sonriéndole a otros,
saliendo con otros.

¿Cuánto más he de esperar?,
esta mujer es suya fielmente,
esta mujer le pertenece.

Me has dado algo,
no sé si es vida, 
puede que sea muerte,
y yo lo llamo amor.

Si de consuelo te sirve

Mi querido Panchito:

Más allá de toda mala circunstancia, me preocupa la situación por la que usted pasa en este momento.
Me siento atada de pies y manos, desearía tanto poder socorrerlo y apoyarlo, pero ya sabe que esta distancia traicionera es la que me impide correr a su lado cuando usted más lo necesita.

En esta ocasión, considero que la batalla que tiene en puerta, le toca librarla solo, porque es algo que ha estado aplazando por mucho tiempo, y eso lo sabe muy bien.
Entonces sea fuerte y enfrente esta batalla como el hombre que yo sé que es.

No se rinda sin haber peleado, no se rinda antes de que todo pueda comenzar, yo lo conozco mejor que nadie en este mundo y sé que usted no es cobarde, aunque tenga miedo, salga y enfrente lo que le haya tocado.
Mi querido Panchito, que no daría yo por librar esa pelea en su lugar, para que no saliera usted lastimado, pero no es así, no es lo correcto, no puedo protegerlo siempre y menos de cosas como estas, que son a veces tan necesarias en la vida de uno.

Cuando haya terminado todo, cuando usted haya terminado de pelear, siéntase seguro de poder venir conmigo, de regreso a mi lado, aquí lo estaré esperando, con los brazos abiertos como siempre.

Una de las cosas que más me entristeció escuchar fue que usted odia Panchito, que le ha guardado odio a alguien, y es por causa de eso que se me consume, que sufre, no odie Panchito, lo que se amó en algún momento, no merece ser odiado. Todo aquello que un día quisimos, no tiene por qué ser odiado, es algo ilógico.

Yo no soy quién para decirle qué hacer con sus sentimientos, pero le pido que no odie, no se lastime más de esa forma, no se siga provocando dolor, que eso a mí misma me duele; no se deje consumir por todo eso, es usted mucho, pero mucho más que un sentimiento del pasado, vale más que todas esas amarguras.

No mi Panchito, no se ahogue más en eso, no se envenene más el alma, que eso me llena de tristeza, de rabia, de impotencia, será un atrevimiento decirlo de esta forma, pero si no encuentra motivos en usted mismo para dejar esto atrás, entonces hágalo por mí, hágalo por los buenos recuerdos que tiene conmigo, hágalo.

En este momento Panchito, lo único que quiero es que usted esté bien, que salga al mundo libre de todo lo que le hace daño, de todo aquello que por la distancia ni yo misma puedo arreglar.

No se le olvide que me tiene, que usted es lo que yo siempre he estado buscando, y que sólo aquí encuentro.

Suya Siempre.
MaryFer.

jueves, 5 de junio de 2014

De discursos y algo más.

En esta ocasión me permito colocar una imagen, ya que va de acuerdo al tema que trato en mi discurso para oratoria. La cual, además hace referencia a una de las cosas que menciono ahí.
La fascinación por el extranjerismo en México.
¿Qué es lo maravilloso de lo extranjero? ¿Por qué estamos tan fascinados con ello? Los mexicanos estamos acostumbrados al malinchismo, al grado de que se ha vuelto parte de nuestra idiosincrasia.

Quien vive en México, como tal, presenta un rechazo hacia todo aquello que es nacional, a lo que se produce aquí, lo que sale de nuestra tierra, queriendo vivir una vida de país de primer mundo, cuando seguimos siendo un país “vías de desarrollo”.
Los adolescentes, (por ser el ejemplo más claro) son quienes están más expuestos y sobre todo, quiénes se sienten mucho más atraídos por lo extranjero, por las modas, que sean buenas o malas, las siguen intentando formar parte de una comunidad que tiene “Swag” o que vive al “Yolo”.

Esto, aunado a la comercialidad de infinidad de productos que incitan al consumismo, crea una decadencia cultural en la que los que habitamos en esta sociedad, olvidamos nuestras raíces, llegando al grado de rechazarlo o sentirse avergonzado de ellas.

El mexicano, debe aprender a hablar inglés, cuando vive en un perpetuo desconocimiento total de su propio idioma, de lo rico y fluido que es, desconoce su grado de complejidad y al mismo tiempo, le degrada. Ignora por completo los dialectos que están a punto de extinguirse en su propio territorio, negando así algo que puede ser más que una simple herencia cultural a las próximas generaciones.

¿Por qué rechazar a nuestra propia cultura? En el extranjero, lo indígena es apreciado y observado con gran entusiasmo, ¿por qué no podemos hacer lo mismo?, esto en base a que lo consideramos anticuado, llegando al grado de  discriminarnos entre nosotros mismos, queremos sentirnos arios,  cuando siempre hemos sido mestizos.

Es una cuestión cierta, el mexicano se siente orgulloso de ser quién es, sólo cuando juega una selección de fútbol, noventa minutos más tarde, vuelve a lo mismo, a querer tener un estilo de vida salido “de película” en el que goza sin trabajar y obtiene lo que desea por una simple cuestión de suerte.

Vivimos en una sociedad en la que si no tienes un “iphone” o un “Smartphone” no puedes formar parte de un grupo de amigos, en los que tomarse un selfie todos los días, aclararse tres tonos de piel para lucir más “blanco” y subirlo a una red social para conseguir que alguien le pique a un botón diciendo “me gusta” es mucho más importante que contribuir al fomento de la cultura, en la que escuchar el género regional mexicano, es considerado incluso “naco”, en la que nos llamamos unos a otros “chacas”, en la que se compite por ver quién gana más seguidores que verdaderos amigos.

Veo decadencia, veo jóvenes que van al declive, una burda y pobre imitación de algo que sin duda no somos, y es cómo la autoestima, ¿cómo quieres amar a alguien más si no te quieres a ti mismo? Es eso lo que le falta al mexicano, aprender a amar lo propio, para comenzar a apreciar lo extranjero.

Y yo te pregunto a ti, ¿eres malinchista?, ¿también formas parte de ese grupo de personas que quiere vivir en un sueño y no despertar a la realidad? A esa en la que tienes que trabajar todos los días para poder pagar tus facturas, a la realidad en la que pretendes vivir una fantasía, en la que juegas a ser algo que no eres, en la que te rechazas a ti mismo y de dónde vienes.


Quiero que me digas: ¿qué estás haciendo tú para cambiar?

domingo, 1 de junio de 2014

James Morrison - You Give Me Something



Y cariño, si estás por ahí en alguna parte, siempre que la escuches, tendrás contigo a  una parte de mi, por que tú no sólo me has dado algo, me has dado todo.

¿Y si lloro por ti?

Siempre me haces falta querido...
Me haces falta para recordarme quién soy, 
porque hay noches en las que me pierdo.

Vacío es lo que se forma en mi corazón,
ese hueco que siento en el estómago cuando me abrumo,
cuando miro al cielo y a pesar de la lejanía,
sé que tú puedes ver exactamente lo mismo que yo.

Me haces mucha falta querido,
cuando veo películas que me gustaría compartir contigo,
cuando lloro y no tengo tu hombro para secarme el llanto,
cuando río y no tengo a quién pegarle.

Me conformo con fantasías, 
en todas ellas estás tú, está tu sonrisa,
está tu desmarañado cabello,
en todas veo tu cálido mirar.

Que hermoso sería poder sólo vivir de ellas,
me gustaría no sentir el golpe de la realidad,
esa que me recuerda lo lejos que estás,
es en la que no te puedo abrazar.

Y siento que caigo, 
me estoy yendo en el pozo del miedo,
porque no quiero perderte,
porque me da miedo alejarte.

Quiero que pasen otros 10 años más,
que ese día me mires y luego de 23 años,
estés seguro de que yo no me iré,
que te des cuenta que siempre estuve ahí.

Quiero tener 39 años y verte como el primer día,
amarte como la primera vez,
tomarte y entregarte todo lo que tenga,
sentirte a ti y tus manos.

Querido mío, usted no entiende,
para usted soy invisible,
después de 13 años, sigo siendo la misma,
la niña que se rió de ti por tu estatura,
la que se preocupó por ti cientos de veces,
la que te abría los refrescos.

Querido mío, sigo estando aquí,
de pie junto a su puerta, esperándolo,
hasta que usted quiera salir, 
o me deje entrar.