viernes, 14 de noviembre de 2014

Lo sigo viendo


No, mi corazón ya no se acelera cuando te veo, y aunque nunca entiendo el por qué de tus sonrisas, ni por qué me sigues mirando con tanta insistencia, te observo y me río de ti, me gusta burlarme, porque pienso que es la mejor manera de dejar todo el escozor de las heridas que me hiciste.
Me gustaría que todo el mundo supiera lo que me hiciste, escribiría un libro hablando exclusivamente de ti, de tu fealdad, de tu rareza, de todo lo malo que tienes, de lo bueno que eres, de lo pedante y déspota que has sido, de lo interesante y atractivo que me pareciste, sobre lo que tanto quise de ti, de lo que nunca pude tener.
A veces, no sé qué cosa pasa por mi mente cuando te miro, cuando me miras, cuando nuestros ojos se encuentran de forma fría y al instante volteamos hacia otro lado, de verdad ya no pienso nada.
Si te dijera que sólo te ocupo para mi disfrute personal, sólo eres algo así como un arlequín.
Ni siquiera sé porqué te doy tanta importancia como para escribir esto.
De cualquier forma, sólo quería que supieras nada.

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